Inglaterra-Irán es el partido con más tiempo añadido en la historia de un Mundial: 29 minutos

El árbitro Claus señaló 14′ de prórroga en el primer tiempo y 10 en el segundo, que sin embargo se prolongó por el penalti señalado en la final

El doble pitido en el minuto 60, el triple en el minuto 59 del segundo tiempo. Sumando las recuperaciones del primer y segundo tiempo, pues, el Inglaterra-Irán duró la belleza de 119 minutos, una eternidad. En la primera mitad del partido, obviamente, el violento choque entre dos jugadores iraníes pasó factura, con los médicos que rescataron al portero Beiranvand, adolorido y confundido tras golpear de frente a su defensa. En caso de golpe en la cabeza hay que extremar la precaución y ha habido precaución. La asignación de los 14 minutos de recuperación era por tanto comprensible, con el final de la primera mitad pitado sin embargo por Raphael Claus cuando ya se había perdido la esperada recuperación. En el recuento oficial, ya es un minuto más.

Otro momento

En la segunda parte, sin embargo, la prórroga de 10 minutos parecía menos justificada más allá de los muchos cambios. Sin embargo, un atraco en el área inglesa llevó a la sala del Var a llamar de nuevo al árbitro brasileño cuando el partido estaba a punto de terminar: en estos casos, el tiempo se agota y, ahora que Mehdi Taremi ha convertido el penalti, el 13 ya habían pasado los minutos. No es difícil imaginar que nunca se había logrado una recuperación así durante un Mundial y por ello el Inglaterra-Irán se convierte en el partido con los tiempos reglamentarios más largos de la historia de los Mundiales.



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