En Presa del diablo hay mucho espacio para los clichés: voces susurrantes y sombras aterradoras


presa del diablo

Annie sufrió los hechizos de su madre poseída cuando era niña y ahora es la hermana Ann (Jacqueline Byers), una estudiante en un instituto de exorcismo de Boston. Cuando atiende a una joven en el pabellón cerrado para pacientes poseídos, percibe los clichés de los que presa del diablo se construye: un reflejo en la ventana, sombras debajo de la puerta, voces susurrantes en el pasillo.

Mientras Ann lucha contra los soldados de a pie de Lucifer, como se llama aquí a los demonios que hablan con voces retorcidas, también lucha contra el patriarcado. Después de todo, dentro de este instituto, que está controlado por el Vaticano, solo los hombres pueden recibir entrenamiento de exorcismo. No es un mal hallazgo, pero Byers no es una contraparte femenina de Max von Sydow, exorcista de turno en una importante película de ejemplo. El exorcista (1973). Para eso presa del diabloa pesar de un giro aquí y allá, demasiado genérico.

presa del diablo

Horror

★★☆☆☆

Dirigida por Daniel Stamm

Protagonizada por Jacqueline Byers, Virginia Madsen, Ben Cross

94 min., en 72 salas



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