Gloucestershire, 15 de noviembre de 1996
A las 5 a 1 llegué a Highgrove House (la residencia del Príncipe Carlos, el actual Rey Carlos III, edición). Al lacayo que me dejó entrar, le pregunté por los baños, porque cuando tienes mi edad de repente te dan ganas. Estaba a punto de mostrarme el camino cuando el Príncipe Carlos apareció en el salón para darme la bienvenida.
El Príncipe es un excelente anfitrión, pero también es tímido e inseguro. Habla vacilante, sin terminar sus frases. Es cauteloso, preguntándose en quién confiar.
Él dijo que él catorce amigos está leyendo y preguntó si Diana Mosley (fascista aristocrática, educar.) aparece en él; por lo que ni siquiera ha visto la tabla de contenido todavía. “Yo nunca me atrevería, incluso si ella estuviera muerta”, le dije.
Almorzamos en la pequeña mesa redonda en la ventana salediza de la sala de desayunos, con vista a los carpes a lo largo del camino de entrada. El almuerzo consistió en una quiche bastante seca (preparada), verduras y helado con melocotones escalfados.
Que dulce hombre El corazón en el lugar correcto. Dedicado a sus proyectos de caridad, profundamente preocupado por la miseria del mundo. No es muy inteligente, aunque hace todo lo posible. Se merece todo el apoyo que podamos darle. Una figura trágica con mucho encanto.
James Lees-Milne (1908-1997), historiador de arquitectura británico. Extracto abreviado de La leche del paraíso – Diarios 1993-1997. John Murray, 2005.