Un barco benéfico europeo que transportaba a 234 inmigrantes rescatados del mar Mediterráneo zarpó hacia Francia después de que el nuevo gobierno derechista de Italia se negara a permitir que el barco atracara, lo que generó fuertes críticas de París.
El portavoz del gobierno francés, Olivier Véran, calificó la negativa de Roma a permitir que el Ocean Viking, operado por la organización benéfica SOS Méditerranée, atraque en sus puertos y permita que los hombres, mujeres y niños a bordo, algunos durante casi tres semanas, desembarquen como “inaceptable”.
Véran también pidió al gobierno, encabezado por Giorgia Meloni del partido de extrema derecha Hermanos de Italia, que “respete sus compromisos europeos” y las leyes marítimas que exigen que Italia maneje embarcaciones en peligro en sus aguas. Meloni hizo campaña en las elecciones de septiembre con la promesa de detener el flujo de inmigrantes que viajan desde el norte de África a Italia, incluso con un bloqueo naval si es necesario.
“Existen reglas europeas extremadamente claras que han sido aceptadas por los italianos, que son los mayores beneficiarios de un mecanismo europeo de solidaridad financiera”, dijo Véran a la radio France Info el miércoles, refiriéndose a los fondos de recuperación de la pandemia de la UE. “La actitud del gobierno italiano de rechazar la llegada del barco va en contra de todas las normas europeas”.
SOS Méditerranée dijo que el Ocean Viking zarpó hacia Francia el martes por la noche, luego de que las autoridades italianas no respondieran a los repetidos pedidos de permiso para atracar y brindar refugio a sus pasajeros, 40 de los cuales son niños, varios menores de cuatro años.
La organización benéfica dijo que aún no había recibido ninguna confirmación de que a los inmigrantes se les permitiría desembarcar en Francia, aunque Véran dijo que «obviamente nadie permitirá que se pongan en peligro».
“Queremos que Italia desempeñe su papel”, agregó. “La gente llama a esto un barco de migrantes, pero les recuerdo que estos son seres humanos”.
Las estridentes críticas del gobierno francés al gobierno de Meloni se produjeron horas después de que ella emitiera un comunicado en el que ofrecía su “más sincero agradecimiento por la decisión de Francia de compartir la responsabilidad por la emergencia migratoria. . . abriendo sus puertos al Ocean Viking”.
Un portavoz del gobierno italiano no respondió a las solicitudes de comentarios.
Italia permitió que 252 personas en otros dos barcos de rescate operados por organizaciones benéficas desembarcaran en Catania en Sicilia el martes por la noche, poniendo fin a un tenso enfrentamiento entre Italia y las organizaciones benéficas sobre su destino.
Italia se había enfrentado a fuertes críticas de organizaciones internacionales, incluida la agencia de refugiados de la ONU, Amnistía Internacional y otras organizaciones benéficas por intentar empujar a los posibles solicitantes de asilo a aguas internacionales.
Si bien Italia había permitido que atracaran tres barcos de caridad el fin de semana pasado, Roma inicialmente seleccionó solo a aquellos que consideraba vulnerables, incluidos niños y mujeres embarazadas, para desembarcar. Luego ordenó que dos de los barcos, con las 252 personas a bordo, se fueran. Sin embargo, las organizaciones benéficas que operan los barcos Médicos Sin Fronteras (MSF) y SOS Humanity rechazaron la orden y solicitaron más controles médicos para sus pasajeros.
Los médicos italianos dictaminaron el martes que 217 personas a bordo del Geo Barents de MSF y 35 en el Humanity 1, muchas de las cuales habían estado en los barcos espartanos durante semanas, eran vulnerables y, por lo tanto, cumplían con los criterios necesarios para desembarcar.
Sin embargo, Meloni ha prometido que su gobierno mantendrá sus esfuerzos para evitar que las personas crucen el Mediterráneo en un intento por llegar a Europa.
“Queremos poner fin a la inmigración ilegal, evitar nuevas muertes en el mar y luchar contra los traficantes de personas”, dijo en un comunicado en Facebook. “Los ciudadanos nos han pedido que defendamos las fronteras italianas y este gobierno no traicionará su promesa”.