Mattarella visitando Holanda. De los migrantes a las cuentas públicas: lo que nos divide y lo que nos une


Un país amigo, uno de los fundadores de la Unión Europea, miembro de la OTAN y con el que la colaboración bilateral es fuerte aunque subsisten puntos de vista diferentes en algunos expedientes. Así es Holanda, país que Sergio Mattarella, acompañado por el canciller Antonio Tajani, visita hoy, martes 8 de noviembre, diez años después de la última misión de un jefe de Estado italiano, Giorgio Napolitano, en 2012.

Visita de Estado

Es una visita de estado y esa es la categoría más alta de protocolo diplomático que involucra una serie de ceremonias formales, especialmente en un país donde hay una monarquía. Pero también habrá espacio para la política en este largo viaje que se desarrollará entre Ámsterdam, La Haya y Maastricht. Esta última etapa transmitirá plenamente el sentido de una visita dedicada a los valores europeos de solidaridad y la necesidad de no interrumpir nunca el camino de una integración cada vez mayor. En Maastricht, el próximo 11 de noviembre, Mattarella pronunciará un contundente discurso sobre Europa, aprovechando el sabor simbólico del lugar donde hace 30 años se firmó uno de los Tratados fundamentales para el progreso de la Unión. Y esto ocurrirá en un periodo en el que el debate sobre la renovación del Pacto de Estabilidad es intenso.

Pacto de Estabilidad, Holanda se opone a la ralentización de las apuestas presupuestarias

Mattarella se encontrará hablando con un viejo zorro de la política continental como Mark Rutte al frente de su cuarto gobierno con una coalición centrista que va desde liberales progresistas hasta calvinistas pasando por los populares. Un centrismo fuertemente conservador en las reglas presupuestarias y decididamente más «liberal» en los derechos. El Gobierno de Rutte está al frente de los llamados países «frugales», es decir, aquellos que, con un presupuesto regular y un bajo déficit, tratan de contener la presión para relajar los parámetros del pacto de estabilidad.

Gestión de los flujos migratorios, Amsterdam se ralentiza

También sobre el tema de los inmigrantes, durante mucho tiempo han existido opiniones divergentes sobre la cuestión de la transferencia secundaria de refugiados, lo que permitiría una redistribución más equitativa de los solicitantes de asilo entre los estados miembros de la UE. Por otro lado, la cooperación bilateral entre los dos países sigue siendo excelente, al igual que el pleno acuerdo sobre el enfoque que se tomará hacia la federación rusa.

Price cap, no de Rutte: no sirve para bajar los precios de la energía

Holanda se opone tanto a la propuesta de un tope en el precio del gas, que está siendo examinada por la Comisión Europea, como a la idea de un nuevo instrumento de deuda común para hacer frente a la energía cara. Sin embargo, en lo que respecta al primer expediente, el gobierno italiano no tiene dudas: Europa debe ir en la dirección de un tope del precio del gas, o “price cap”. El precio máximo también está respaldado por la Francia de Macron. Rutte, líder de los halcones nórdicos, frena. Holanda no está convencida de que un precio tope sirva para reducir los precios, garantizar la seguridad de los suministros y evitar que el GNL vaya a Asia. En la misma línea holandesa, la Alemania de Olaf Scholz. El equipo de países que se oponen al precio máximo también incluye a Irlanda, Austria, Dinamarca y Hungría.



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