Cuando Sofie, de 29 años, escuchó a alguien de Kind en Gezin decir en la televisión la semana pasada que la acción es “siempre rápida y adecuada” si se reciben quejas graves, como en ‘t Sloeberhuisje en Gante, explotó. “He estado gritando a mi pantalla”. Sophie cree que nos están mintiendo. Es por eso que comparte su propia historia espeluznante por primera vez. “La gente necesita saber cuán laxo es el gobierno con respecto al abuso de bebés y niños pequeños”.
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