Lafarge, que luego pasó a formar parte del socio industrial suizo Holcim, reconoció anteriormente que había pagado casi 13 millones de euros a intermediarios entre 2013 y 2014. Pero Lafarge siempre ha negado con vehemencia las acusaciones de que la empresa fue cómplice de crímenes contra la humanidad.
Además del EI, según activistas de derechos humanos, este dinero también se destinó a otros grupos armados en Siria. Holcim, que cotiza en bolsa, dice que los pagos en Siria van en contra de los valores de la empresa. El directorio del grupo suizo tampoco habría tenido conocimiento de las transacciones.
Lafarge también está en los tribunales de París por los pagos realizados a organizaciones terroristas en Siria. Este cargo fue previamente rechazado, pero luego de la intervención del más alto tribunal francés, los jueces en el país nuevamente quieren que el grupo y los ejecutivos sean procesados por esto.