La pospandemia resaltó la necesidad de cuidar el bienestar de los trabajadores. La solución, como hemos visto, no consiste simplemente en implementar el trabajo inteligente sino en la necesidad de devolver la empatía al lugar de trabajo. Se debe acompañar a las personas en un proceso de crecimiento y crear lazos de trabajo basados en la confianza mutua, aumentando así el sentido de pertenencia. ¿Lo que hay que hacer? ¿Cómo gestionar a los trabajadores? Para responder está el libro “Felicidad en el trabajo” de Vanessa Ruffini, Chief Happiness Officer (responsable del bienestar de los trabajadores), publicado por Sole 24 Ore y en los quioscos durante un mes a partir del sábado 19 de marzo al precio de 12,90 € y en librerías. del 24 de marzo a 16,90€.
El volumen abarca desde los últimos descubrimientos en el campo de la neurociencia hasta ejemplos de empresas virtuosas, como Interpolis y Google, enriquecidos por la historia de cómo trabajan dentro de ellas. La autora, a partir de estos casos concretos y de su experiencia profesional, muestra cómo cuidar a los colaboradores genera mayor productividad y cómo trabajar en una empresa que cuida a las personas representa un valor agregado.
Dentro del libro, el autor analiza de forma sencilla y práctica, llena de consejos y sugerencias, los valores clave que ayudan a los trabajadores a ser más conscientes de su bienestar en el lugar de trabajo -confianza, empatía, comunicación, inteligencia emocional- para luego analizar las herramientas que hacen posible aplicar estos valores, hasta los objetivos a alcanzar y los errores inevitables, que sin embargo siempre pueden ser motivo de renacimiento.
Una herramienta utilizada en particular durante la pandemia es el trabajo inteligente, el “trabajo ágil”. El Observatorio de Trabajo Inteligente del Politecnico di Milano afirma que el trabajo inteligente «implica el desarrollo de una nueva cultura del trabajo que no implica realizar actividades de forma tradicional con la sola incorporación de nuevas tecnologías y con el apoyo de oficinas rediseñadas. Se trata de nuevas formas de trabajar utilizando nuevas herramientas, nuevos procesos y nuevos enfoques de gestión y trabajo en equipo». Durante la pandemia, muchos se encontraron de la nada trabajando desde casa, sin haber recibido un mínimo de capacitación. La implementación del trabajo inteligente de esta manera corre el riesgo de no generar ningún beneficio, se lee en la introducción.
El libro “Felicidad en el trabajo” también explora el fenómeno del tecnoestrés. Estrechamente ligado al trabajo inteligente, como explica la autora Valentina Ruffini en la introducción, se trata de un posible nuevo riesgo para la salud de los trabajadores que podría provocar la aparición de una nueva enfermedad profesional como es el Trastorno de Adicción a Internet (IAD), la adicción a Internet, considerada como una enfermedad psiquiátrica. El tecnoestrés puede causar dolores de cabeza, insomnio, ansiedad, hipertensión, disminución de la concentración, trastornos gastrointestinales, trastornos cardiovasculares, alteraciones del comportamiento. La dificultad radica en entender que el malestar está ligado a una estrecha dependencia tecnológica. En Italia, el tecnoestrés está reconocido como enfermedad profesional desde 2007.