La gente, el trabajo, las historias: eso atrapó a Tingen, dice. “Soy bastante pasional y emotivo, pero la gente que dice: ‘No me lo llevo a casa’, eso es una tontería, creo. Hay expedientes que te desvelan”.
La mayoría de los ‘casos de problemas financieros’ se resolvieron, enfatiza Tingen. “Si queremos, podemos hacerlo. Aunque a veces tenemos que ir a un agujero para encontrar una solución. Hay expedientes que fallan, pero no demasiados”.
A fines del próximo año, el enchufe debería desconectarse por completo del GKB. En su apogeo, el banco de crédito recibió alrededor de cuatro mil nuevas solicitudes al año, pero ahora se ha reducido a más de la mitad. El futuro de los empleados que dejan o ya han dejado el trabajo aún es incierto. Tingen tampoco sabe muy bien lo que traerá el tiempo después de cerrar las puertas de ‘su bebé’ detrás de él.
Aunque la ‘calificación de niño’ no es adecuada, subraya. Tingen perdió a su hijo Robbin Jan en septiembre de 2018 en un accidente fatal en Lonerstraat, después de una sesión de entrenamiento en el club de fútbol Asser Boys. «Eso juega un papel, si tu trabajo se llama ‘tu bebé’. Eso ha adquirido un significado completamente diferente».