Por Robert Matiebel
La fuga de Lars Windhorst del Hertha BSC, provocada por el escándalo de espionaje que él mismo inició, pone la historia reciente del Hertha BSC bajo una luz diferente.
La acusación de Windhorst de que el entonces presidente Werner Gegenbauer era el problema del club ahora resulta ser un fraude torpe.
Tras su dimisión en mayo de 2022, Gegenbauer había declarado en BILD que no había habido ningún conflicto personal entre él y el inversor. Windhorst solo estaba preocupado por la influencia y el poder en Hertha BSC.
Gegenbauer tenía razón con estas declaraciones. Los hechos recientes lo confirman.
En su declaración de despedida, Windhorst, también nuevo presidente Bernstein, que solo ha estado en el cargo durante unos buenos 100 días, anuncia que no es la persona adecuada.
¿Quién debería seguir creyendo estas declaraciones?
Ahora está claro: Gegenbauer ha protegido al Hertha BSC de ser atacado por Windhorst. Y al mismo tiempo recaudó los 374 millones de euros pactados por el Hertha. Un logro notable.
Kay Bernstein, por otro lado, pidió apresuradamente que Gegenbauer fuera destituido del cargo y lo culpó, y también fue elegido para el cargo sobre la base de esta acusación.
Ahora el nuevo presidente tiene que demostrar que puede dominar esta grave crisis, que Gegenbauer había previsto.