¿Estamos preparados si los cables submarinos de Internet explotan después de Nord Stream 1 y 2?

Maarten Rabaey es periodista.

maarten rabaey27 de septiembre de 202219:58

El sabotaje de los gasoductos Nord Stream 1 y 2, utilizando explosivos submarinos en el fondo del Mar Báltico, es una internacionalización más del conflicto de Ucrania. Muestra una vez más que nosotros, como europeos, somos vulnerables a la llamada «guerra híbrida», como el sabotaje de nuestra infraestructura crítica.

Cualquiera que se hubiera atrevido a predecir hace un año que las piezas maestras del suministro energético alemán explotarían un año después en una magnitud de 2,3 en la escala de Richter se habría engañado. Ahora Dinamarca y Suecia están manteniendo conversaciones de emergencia ya que personas desconocidas volaron los dos gasoductos submarinos entre Rusia y Alemania en el fondo del Mar Báltico en tres lugares, cerca de la isla de Bornholm.

Una investigación tendrá que identificar a los perpetradores. La principal sospecha recae en Rusia, que ya había cerrado Nord Stream-1 «por razones técnicas» en respuesta a las sanciones de la UE por su invasión de Ucrania. Un reinicio ya no puede ser para este invierno. Nord Stream 2 aún no se había puesto en marcha, pero ya estaba a toda velocidad. Al cerrar ella misma los grifos de gas, Moscú se abrió a acciones legales de las empresas energéticas por incumplimiento de contrato. Si una parte ‘desconocida’ destruye la tubería, hay una tormenta, que tiene el efecto de suspender el contrato. Rusia también tiene los medios para llevar a cabo este tipo de operaciones de sabotaje, como submarinos, drones submarinos o unidades especiales de sabotaje con buzos de aguas profundas.

Las especulaciones en las redes sociales de que Ucrania, un estado miembro de la UE o los EE. UU. habrían hecho esto para deshacerse de la conexión rusa no se sostienen. Europa, incluida Alemania, ha estado eliminando gradualmente su dependencia del gas ruso desde la invasión. Las reservas de gas de Alemania ya se han llenado en más del 90 por ciento. Esta tendencia también comenzó a pesar sobre el precio mundial del gas, lo que va en detrimento del Kremlin, para el cual el gas es una de las principales fuentes de ingresos. Los ataques aumentaron aún más la incertidumbre en el mercado y provocaron que los precios mundiales se dispararan nuevamente.

Mientras tanto, los ataques muestran una vez más cuán vulnerable es Europa a la llamada «guerra híbrida», como los actos de sabotaje. Hace apenas dos semanas, el experto en inteligencia Kenneth Lasoen advirtió en este documento sobre la necesidad de una mejor protección de nuestra infraestructura crítica, sabiendo que la Rusia de Putin se perfeccionó en este tipo de operaciones encubiertas.

La pregunta que debemos hacernos ahora es qué tan bien preparados estamos para este tipo de acciones. ¿Qué pasa si mañana, por ejemplo, uno o más cables submarinos de Internet a la UE y Bélgica explotan o se cortan? ¿Tenemos entonces alternativas suficientes para garantizar las líneas vitales de comunicación de las que depende nuestra sociedad digital? ¿Y otras infraestructuras críticas, desde puertos marítimos hasta terminales de GNL y plantas de energía nuclear, están suficientemente protegidas contra posibles sabotajes?

Se necesita con urgencia una «verificación triple» de los escenarios de seguridad y emergencia por parte de todas las autoridades competentes.

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