Por Carl-Victor Wachs y Hans-Jörg Vehlewald
El ministro federal de Asuntos Sociales, Hubertus Heil (49, SPD), ha lanzado la renta básica que sustituirá a Hartz IV, una megareforma para proteger a las familias del empobrecimiento.
Sin embargo, el aumento de la ayuda a unos buenos 500 euros/mes y, sobre todo, el aumento de los “activos de protección” y el tamaño permitido de los pisos no sólo benefician a los más necesitados. Pero también: las notorias familias de clanes en grandes ciudades como Berlín y Colonia.
La directora del Mittelstandsunion, Gitta Connemann (58, CDU), advierte de esto: “Este dinero de los ciudadanos enriquece aún más a los clanes”, dijo Connemann a BILD.
Si lo hace con astucia, “puede acostarse en la hamaca y en el apartamento bien calefaccionado”, dice el político de la CDU: “La ingenuidad del semáforo es miope y peligrosa”.
El caso es que los llamados bienes de protección, que no se tocan desde hace dos años a pesar de las ayudas estatales, se han incrementado drásticamente, ¡de 10.000 a 60.000 euros para el cabeza de familia, y otros 30.000 por cada miembro adicional de la familia!
Problema: una familia de cuatro tendría un ahorro de 150 000 euros y, gracias a los nuevos límites en el tamaño de los apartamentos, podrían vivir en una casa de 180 metros cuadrados. Además: dos automóviles, uno para cada persona empleable.
El experto social de la CDU Stephan Stracke (48) a BILD: “Con los ingresos de los ciudadanos, el no trabajar se vuelve más atractivo. Los que trabajan siempre deben tener más que los que no van a trabajar”.