Como se temía, la primera sesión del juicio por terrorismo ya se ha convertido en un espectáculo. Con acusadores que, como niños pequeños petulantes, se negaron a comparecer ante el tribunal e hicieron ruido cuando finalmente se vieron obligados a hacerlo. Con abogados hiperventilando frente a las cámaras para lamentar lo ‘degradantes’ que son tratados sus clientes porque tendrán que ver el juicio en una caja de cristal.
ttn-es-3