Son principalmente los hombres los que se ven afectados por este trastorno alimentario caracterizado por una manía hacia la forma física y el desarrollo muscular que puede volverse peligroso.
Giacomo Astrua
12 de septiembre
¿Es más importante verse bien o sentirse bien? Para una parte de la sociedad moderna, el logro de un buen estado de salud a veces pasa a un segundo plano: el punto focal se convierte en la conquista de una apariencia externa lo más cercana a los cánones de belleza. Esta atención particular, que se convierte en un verdadero culto al propio cuerpo, lleva a muchos jóvenes a desarrollar conductas obsesivas y compulsivas en la práctica de la actividad motriz y en los hábitos alimentarios.
QUE ES VIGORESIA
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Todo esto se identifica como “Vigoresía”, un trastorno alimentario caracterizado por una manía por la forma física y el desarrollo muscular, que conduce al uso descontrolado de complementos alimenticios y, a menudo, de dietas desequilibradas. Las personas más afectadas por este fenómeno son los hombres entre 25 y 35 años, seguidos de los jóvenes entre 18 y 24 años. La mayoría acude a los gimnasios con el objetivo de obtener, en el menor tiempo posible, importantes resultados en cuanto a rendimiento y forma estética. La vigorexia o “bigorexia” (del inglés grande, grande), también se denomina “anorexia inversa” porque refleja la anorexia femenina.. La percepción de quienes padecen vigoressia es que siempre son demasiado delgados o poco musculosos, siempre insatisfechos con sus músculos que ven enclenques, pero en realidad esta imagen no se corresponde con su apariencia física.
Vigoressia: causas y posibles consecuencias
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En la base puede estar la falta de autoestima y la necesidad de sentirse aceptado; en los hombres, incluso la baja estatura puede llevar a querer tener un físico importante para superar la sensación de fragilidad. A los problemas psicológicos se suman los relacionados con una dieta desequilibrada, a menudo demasiado rico en proteínas y bajo en grasas y carbohidratos: todo esto con el tiempo puede conducir a alteraciones metabólicas, como enfermedades cardiovasculares, pérdida de funciones renales, problemas óseos y articulares derivados de un esfuerzo muscular excesivo. En casos severos pueden surgir problemas de impotencia resultantes del uso de anabólicos. En la mayoría de los casos, las personas con vigorexia no son conscientes de que estos comportamientos se deben a sus propias inseguridades y hacerles entender puede ser difícil.
Señales de advertencia a tener en cuenta
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Veamos algunos comportamientos en diferentes áreas que reflejan los de una persona que sufre de vigorexia. Fíjate mucho en su imagen en el espejo y lo que ve no lo satisface, sino que lo decepciona. Asistir el gimnasio casi todos los dias y se somete a sesiones de entrenamiento de varias horas, a veces incluso varias sesiones durante el mismo día. Las cargas que utiliza son excesivas y las técnicas de ejecución de los ejercicios muchas veces son incorrectas, todo esto con el tiempo puede derivar en problemas musculares y tendinosos.
dieta desequilibrada
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Sigue dietas desequilibradas, a menudo “hágalo usted mismo” obtenidas de las redes sociales o de boca en boca en el gimnasio. Muchos alimentos son eliminados de la dieta y reemplazados por suplementos proteicos de todo tipo. El régimen dietético no es muy variado. En algunos casos, muchas actividades de la vida diaria, incluido el trabajo y las relaciones, quedan relegadas al entrenamiento y la dieta; llegas aaislamiento social. El cuerpo se convierte en una auténtica obsesión, poco a poco se pueden producir cambios de humor, insomnio y depresión. Cuidar tu cuerpo es muy importante, pero hay que confiar en los profesionales: especialmente ante la presencia de este tipo de trastornos, es útil un abordaje multidisciplinar para abordar el problema, con el trabajo conjunto de dietista y psicóloga.
12 septiembre 2022 – 08:22
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