El delantero centro belga está de vuelta en Appiano, mañana los exámenes: Inzaghi no lo tendrá en Pilsen pero espera en Udine (en el banquillo). Todas las razones por las que su recuperación es imprescindible
Romelu Lukaku regresando a Appiano es un poco como el sol de repente: allí hay luz, el túnel está a punto de terminar. La esperanza del Inter es que solo falte un partido cuando regrese. Udine es el horizonte: las posibilidades no son muchas, pero existen. Es más: el belga quiere intentarlo en todos los sentidos. El cuerpo médico nerazzurri se mantuvo ayer en contacto con el fisioterapeuta que acompañó al delantero en la última semana, Lieven Maesschalck.