La presidenta Bidya Devi Bhandari, el primer ministro Sher Bahadur Deuba y otros dignatarios asistieron al festival callejero, informa la organización a la agencia de noticias alemana dpa. Hindúes y budistas llevan niños vestidos como varios dioses y diosas en palanquines a través de la multitud. Algunas personas bailan con máscaras de colores, que representan dioses y demonios. Se visitan los santuarios y se conmemora a los seres queridos fallecidos.
El antiguo festival callejero se remonta a la historia mitológica en la que Indra llegó a Katmandú disfrazado de hombre común y buscó flores de jazmín para su madre por la noche. Sin embargo, fue capturado porque se pensaba que era un ladrón. Sólo cuando su madre acudió en su ayuda fue puesto en libertad. Después de eso, a la gente de Katmandú se le prometió buen tiempo.