El consumo de drogas entre los clubbers es un gordo grande problema, dice un empresario de catering en el centro de la ciudad de Groningen. Solía trabajar en la industria del catering nocturno, pero ahora se ha cambiado a un café-restaurante. “Los jóvenes quieren probarlo todo, experimentarlo todo. Ese es el espíritu de la época. Las drogas son tan accesibles. Por WhatsApp circulan cartas de menú con distintas drogas. La ciudad está llena de tipos que trafican”.