Poco menos de un año y luego los propietarios Klaas y Marita Hegeman cerrarán la puerta del café De Buuf en Barger-Compascuum. Según los dos, ya no es posible mantener la empresa de catering en marcha. Con el cierre, el pueblo del sureste de Drenthe pierde su último pub del pueblo. En su lugar se construirá un complejo de 20 apartamentos.
1 de agosto de 2023. Esa es la fecha en que De Buuf terminará definitivamente. “En realidad, queríamos parar en febrero”, dice Marita. “Pero todavía tenemos una boda para el próximo julio de una pareja que tiene muchas ganas de casarse en nuestro negocio. Por eso vamos a seguir por un tiempo”.
Los dos compraron el edificio de catering en la esquina de Verlengde Oosterdiep y Postweg en 2017 a los hermanos Jalving, propietarios de una empresa local de techado. El negocio transcurrió sin problemas y contó con una buena asistencia. Sin embargo, desde la corona, las cosas han llegado a un punto crítico.
El caso tuvo que cerrarse, haciendo que fiestas y fiestas ya no fueran posibles y para colmo, también se canceló la celebración del carnaval. Ahora que el bloqueo de corona está desactivado, eso no se tradujo en el período previo de antaño.
Klaas: “Algunos aldeanos han construido estos bares en cabañas de troncos detrás de su casa. Otros prefieren las fiestas en la cantina de fútbol”. Donde las fiestas con 130 personas solían ser la norma, ahora hay un promedio de 50, agrega Marita. El gran salón de banquetes detrás del bar apenas se ha utilizado. Marita: “Agregue a eso el hecho de que también nos estamos haciendo mayores. Klaas también ha tenido algunos problemas de salud”. Con todo, razón para que la pareja se casara hace dos semanas.
¿Es una pena que Barger-Compascuum pierda el último café restante? Por supuesto, los dos están de acuerdo. Desde el pueblo ciertamente hay aprecio por el último negocio de catering que queda, pero Klaas y Marita no ven eso reflejado en la visita.
“Lo que me duele un poco es que la gente que grita más fuerte que este bar es tan importante simplemente se aleje. ¿Para qué lo haces al final?”, suspira Marita. “Por otro lado, poder estar en casa el fin de semana también es bueno”.
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