5.
“Tuve un terapeuta que me dijo que oraría por mí después de que le dijera que era ateo. Tuve un terapeuta que me preguntó qué vestía cuando fui abusada sexualmente a los cuatro años. Tuve un terapeuta que me dijo Yo no podía tener PTSD porque no podía recordar cada detalle de mi violador. Tuve un terapeuta que me recomendó que siguiera una dieta para mejorar mi estado de ánimo después de decirle que tengo un historial de trastornos alimentarios. Tuve un terapeuta que me dijo que el trastorno bipolar no es real y que mis cambios de humor estaban relacionados con mi ciclo menstrual. Tuve un terapeuta que me dijo que crecer en la pobreza con padres divorciados que eran adictos fue una bendición”.
“Un terapeuta me dijo que buscaba atención cuando le conté sobre mis pensamientos intrusivos. Un psiquiatra me dijo que no me medicaría para el trastorno bipolar, el trastorno de estrés postraumático, el trastorno de ansiedad generalizada y el insomnio porque yo era demasiado bonita para estar tan enferma. Un trabajador social me denunció por abuso infantil cuando dije que necesitaba un descanso de vez en cuando. Era madre soltera de tres hijos, tenía dos trabajos de tiempo completo sin ayuda”.
—nombredeusuariosuperingenioso