¿Un hombre de Sleeuwijk acechó a su ex novia con ramos de flores, paquetes, tarjetas de funeral y un conejillo de indias muerto en la puerta principal? ¿O el sospechoso fue incriminado por cierta Valerie, como él afirma? El martes, el juez y el fiscal de Breda plantearon serias dudas sobre su conferencia, que estuvo llena de contradicciones.
El ex camionero habría acosado sistemáticamente a su antiguo amor desde marzo y hasta diciembre de 2020, pues ella rompió la relación. Poco después de esa ruptura, el ahora sospechoso de 58 años comenzó a tener problemas en el corazón. Mientras continuaba luchando con su salud, las cosas comenzaron a empeorar, dijo durante el juicio, que siguió desde una silla de ruedas.
Avalancha de deseos
Por ese ‘bicho’ se refería a una avalancha de mensajes de texto amenazantes, mensajes de texto, ramos de flores y tarjetas de luto dirigidas a su novia en Breda. A través de las manos del hombre mismo, el fiscal está 100 por ciento seguro. El sospechoso confiesa que enviaba cartas a su ex por correo. “Pero estaban escritos a mano”.
Cualquier cosa dirigida a ella en una computadora, Valerie lo habría hecho. Esta mujer francesa le informó repentinamente en marzo de 2020, según el hombre. Valerie iba a ser amiga de su esposa, quien murió once años antes.
No convencido
El sospechoso: “Ella vivía en Gorinchem en ese momento y debe haber escuchado que yo tenía problemas cardíacos”. Ahora Gorinchem y Sleeuwijk no están muy separados, pero tanto el juez como el poder judicial pensaron que esta era una historia demasiado fuerte. No parecían convencidos de que esta francesa hubiera comenzado a acosar a la ex novia en nombre del hombre.
Según el sospechoso, Valerie se quedó con él durante algún tiempo. Durante su estadía, acosó al ex con su computadora y teléfono para defenderlo. Su familia y vecinos también recibieron correo no deseado. “Valerie me acaba de fastidiar”, dice el hombre.
Letras con ‘sex paradise’
El acoso tomó aspectos extraños. Se colgaron panfletos en el edificio de apartamentos de la ex, con la dirección de la víctima como un “paraíso sexual”. Un día incluso le habían dejado un conejillo de indias muerto en la puerta de su casa. “Pero no fui yo”, afirmó el sospechoso desde su silla de ruedas. “¿Cómo podría llegar a su apartamento? Además, me gustan mucho los animales. Incluso le hice una conejera a mi ex”.
Incluso antes del veredicto en dos semanas, el juez logró persuadir al hombre de Sleeuwijk para que dejara de contactar a su ex. Ni siquiera cuando la víctima toca el timbre. Porque eso sucedió recientemente. El sospechoso: “Durante un período de cuatro semanas, estuvo conmigo durante cuatro días y también tuvimos relaciones sexuales”. Corresponde al juez evaluar esta notable historia.