Además de amortiguar el dolor causado por el aumento de las facturas de energía, el gobierno está trabajando en un paquete de poder adquisitivo que debería garantizar estructuralmente que el trabajo sea más gratificante. Todavía hay muchas opciones sobre la mesa en busca de medidas adecuadas: desde una mayor rebaja fiscal para los padres que trabajan hasta un precio tope en la factura energética.