Con su muerte, el verdugo del Che Guevara también pasa a formar parte del mito


En Cuba todavía hay carteles del Che Guevara a lo largo de las carreteras.Imagen Getty Imágenes

Mario Terán Salazar forma parte del mito llamado Ernesto ‘Che’ Guevara desde el miércoles para siempre. El soldado boliviano que ejecutó al icónico héroe de la revolución cubana murió a los 80 años en su ciudad natal de Santa Cruz de la Sierra, Bolivia. ¿O tenía 79? Dos registros oficiales se contradicen. Como no podía ser de otra manera, la leyenda de ‘El Che’ se basa en una historia real desde aquel día de octubre de 1967. Terán encaja a la perfección.

Ernesto Guevara, el joven médico argentino revolucionario, el hombre que entró triunfalmente en La Habana el 2 de enero de 1959, había sido enviado al mundo seis años después por Fidel Castro para iniciar revoluciones en otros lugares. En África y América del Sur no logró repetir el éxito cubano. En la Bolivia rural, su pequeño grupo de guerrilleros fue alcanzado por los militares. Fue herido en un tiroteo, fue capturado y recluido en una escuela de la localidad de La Higuera.

‘cálmate’

Aquí es donde Mario Terán entró en el capítulo final de El Che. En los años veinte se ordenó ejecutar al argentino. Más tarde se dice que el soldado declaró sobre los últimos momentos de Guevara: ‘Cuando me vio, dijo: ‘Has venido a matarme’. (…) No me atrevía a disparar. En ese momento vi al Che grande, muy grande. Cuando me miró me sentí mareado.

Las últimas palabras más célebres del Che las conocemos gracias a Terán: ‘Cálmate. Vas a matar a un hombre. El boliviano dio un paso atrás, cerró los ojos y disparó. Un segundo salvador golpeó a Guevara ‘en el brazo, en el hombro, en el corazón’. Según el diario mexicano el Universal, quien citó la declaración en 1978, Terán dudó durante 40 minutos, aún tratando de salirse del orden. El periódico describió al soldado como «de 1,60 metros de altura, con una nariz pequeña, con un peso de 65 kilos».

La semana pasada, la emisora ​​boliviana Radio Compañera habló con el general Gary Prado, quien luego dominó a Guevara y solo lo volvió a ver como un cadáver. Según Prado, Terán nunca dijo nada sobre esos últimos momentos del Che. “No hay un solo informe escrito del suboficial Terán”.

El verdugo de Guevara fue localizado por el diario español en 2014 El Mundo† En la entrevista, Terán no dejaba de repetir que él era uno de los tres soldados del mismo nombre y que la prensa lo confundió con el verdadero verdugo durante toda su vida. Él mismo no tuvo nada que ver con el mito de Guevara. «Nunca me interesó lo que la gente decía sobre el Che». También siguió negando su propia leyenda. Terán murió de insuficiencia pulmonar.



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