Una búsqueda en todo tipo de papeles no arroja nada. A la familia Solé nunca se le ha dado un contrato que establezca que tienen derecho a la tierra donde cultivan duraznos. En el pasado, esos asuntos se arreglaban verbalmente, dice el abuelo Rogelio: la tierra una vez fue donada como un favor a los amigos. Ahora están atrapados con las peras al horno. A la nueva generación de terratenientes no le interesan los viejos acuerdos que nunca se han establecido. El huerto de duraznos debe dar paso a un parque de paneles solares.
En Alcarràs, un pueblo del interior de Cataluña, la familia de la cineasta Carla Simón cultiva melocotones desde hace generaciones. Ella misma pasaba allí largos veranos, rodeada de tíos, tías, primos. La familia Solé no se parece exactamente a la suya, pero está claro que Simón conoce su vida a la perfección. Alcarrássu segundo largometraje tras el bello drama autobiográfico Verano 1993 (2017), parece realista sin esfuerzo.
Simón eligió a actores no profesionales de la zona para interpretar a la numerosa familia catalana. Todos resultan ser talentos naturales. Además de una película sobre los cambios en el campo es Alcarrás también una historia sobre las relaciones familiares, llena de tensión, amor, rencillas y reconciliación. Todos llaman la atención: el obstinado Quimet, su esposa Dolors, su hijo adolescente Roger que no sabe dónde está su futuro, dos tías que tienen su propia forma de lidiar con los conflictos. Y luego algunos hijos, la abuela y los parientes por matrimonio.
Simón equilibra hábilmente todo eso en un discurso social de actualidad. Los pequeños agricultores españoles están en un aprieto: las grandes distribuidoras mantienen bajo el precio de la fruta e imposibilitan vivir de la cosecha, mientras los especuladores claman por comprar la tierra. Los melocotones (y una vaca vieja) ya no pagan, eso es seguro. Pero un trabajo como técnico de mantenimiento de paneles solares no es lo que Quimet se ha apuntado, aunque signifique menos trabajo por más dinero. Su hermana y su cuñado ven las cosas de manera diferente.
El impresionante y vital Alcarrás, ganadora del Oso de Oro en el Festival de Cine de Berlín, cultiva la comprensión de todos los personajes: los que se aferran al pasado y los que se adaptan rápidamente. Por lo tanto, la película es mucho más que una despedida sentimental de una forma de vida querida. Simón ofrece una mirada matizada sobre el desmantelamiento de una empresa familiar, aunque las imágenes finales todavía golpean como un mazo.
Alcarrás
Drama
★★★★ renta
Dirigida por Carla Simón.
Con Jordi Pujol Dolcet, Xenia Roset, Anna Otin, Albert Bosch.
119 min., en 40 salas.