La depuesta primera ministra de Myanmar, Aung San Suu Kyi, ha sido condenada a seis años de prisión por corrupción en cuatro casos. Se dice que la ganadora del Premio Nobel de la Paz canalizó dinero de su propia organización benéfica, dictaminó un tribunal de la dictadura militar.
Anteriormente había sido sentenciada a 11 años por otros delitos, como sedición y violación de las medidas de la corona. Fue puesta bajo arresto domiciliario pero luego enviada a una prisión especial con confinamiento solitario. También hay casos pendientes por, entre otras cosas, fraude electoral. Las organizaciones de derechos humanos hablan de juicios simulados para eliminar su política.
Suu Kyi, de 77 años, fue expulsada a principios del año pasado por el ejército, que se negó a aceptar su gran victoria electoral a finales de 2020.