El islamista radical talibán ha gobernado Afganistán por otro año el lunes. El movimiento pudo tomar el poder el 15 de agosto de 2021, después de que gran parte de la capital, Kabul, quedara bajo su control. En el palacio presidencial, representantes de los fundamentalistas islámicos proclamaron la victoria. El entonces presidente Ashraf Ghani abandonó el país el mismo día.
Los talibanes, fundados en 1994, ya llegaron al poder en el país asiático a finales del siglo pasado tras la retirada de las fuerzas armadas de la Unión Soviética. Tras los atentados del 11 de septiembre de 2001 en Estados Unidos, los extremistas fueron expulsados por los estadounidenses por albergar al grupo terrorista Al Qaeda, responsable de los atentados.
Durante veinte años, los países occidentales intentaron formar personal militar e introducir la democracia y los derechos humanos. En abril del año pasado, Estados Unidos y la OTAN comenzaron a retirar sus tropas. Mucho más rápido de lo esperado, la retirada condujo al avance de los fundamentalistas, que pueden haberse estado preparando durante años para la rápida toma del poder.
Sin posibilidad de reanudar las relaciones belgas
Bélgica también ve una clara disminución de los derechos humanos y las libertades fundamentales en Afganistán, un año después de que los talibanes tomaran el poder allí. Así lo informa el Ministerio de Relaciones Exteriores en un comunicado este viernes. No hay perspectivas de reanudar las relaciones con el país.
La organización de derechos humanos Amnistía Internacional también ha preparado un informe sobre el nuevo régimen talibán en Afganistán. Según la organización, los islamistas radicales violan constantemente los derechos humanos. Por lo tanto, la ONG hace un llamado a los talibanes para restaurar, proteger y promover los derechos del pueblo afgano.
‘El gobierno de los talibanes: un año de violencia, impunidad y falsas promesas’ revela la impunidad generalizada de varios de los crímenes del régimen. Amnistía alega que todo esto sucede cuando los talibanes prometieron respetar los derechos de las mujeres y la libertad de prensa. “La velocidad a la que desmantelan 20 años de derechos humanos es asombrosa”, dijo Yamini Mishra, directora regional de Amnistía para el Sur de Asia.
Cotizar
No debemos quedarnos de brazos cruzados mientras se arrebatan los derechos humanos de toda una población.
Específicamente, los talibanes reprimieron protestas pacíficas en el último año golpeando y bombardeando a manifestantes desarmados. La libertad de prensa también está bajo ataque: en el último año más de 80 periodistas han sido arrestados y torturados por informar sobre las protestas. Además, cientos de personas han sido detenidas injustamente, se han llevado a cabo cientos de ejecuciones extrajudiciales y las minorías étnicas y religiosas están en el punto de mira. Las mujeres también están cada vez más sujetas a la violencia y sus libertades están cada vez más restringidas.
“No podemos quedarnos al margen mientras se arrebatan los derechos humanos de toda una población”, continúa Mishra. “Una respuesta internacional fuerte y unida es la única esperanza para poner fin a la pesadilla que los afganos han soportado durante un año”.
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