Mes frères, et moi es un cuento de hadas crudo y realista sobre cómo el arte puede salvarte la vida ★★★★☆


Mes frères, et moi

Parece una excusa para no tener que pintar más en el edificio escolar desierto. Pero en realidad va mucho más allá, en el exitoso drama francés sobre la mayoría de edad. Mes frères, et moi: Nour, de 14 años, interrumpe su servicio comunitario de verano porque está realmente conmovido por los sonidos que fluyen hacia él desde la sala de música. La madre enferma y en coma de Nour, mientras aún estaba consciente, era muy aficionada a la ópera italiana. Un aria como Una furtiva lágrima de Donizetti El elisir d’amore, el favorito de mamá, Nour literalmente puede cantar. Si tan solo tiene la oportunidad.

Así que es genial que Nour (Maël Rouin Berrandou) termine en la clase de la cantante de ópera Sarah (Judith Chemla). Sarah ha viajado a la ciudad portuaria de Nour, en el sur de Francia, para brindar educación cultural durante las vacaciones de verano. Inmediatamente ve algo en el chico escurridizo pero curioso, y lo anima a unirse a sus clases.

El cineasta francés Yohan Manca presenta el aula brillantemente decorada e iluminada como un verdadero oasis. Un lugar para relajarse, frente al apartamento decrépito y lleno de chatarra donde vive Nour con sus hermanos adultos Abel (Dali Benssalah), Mo (Sofian Khammes) y Hedi (Moncef Farfar), y su madre moribunda conectada a un ventilador. Acosado constantemente en casa, Nour puede dejar que la música de Sarah fluya. Poco a poco va despertando su voz, en escenas que se apoyan plenamente en la fresca química entre Chemla y el talento natural de Rouin Berrandou.

Cómo el arte puede salvarte la vida, así formuló el propio Manca el tema de su ópera prima, que se basó libremente en la obra Pourquoi mes frères et moi on est parti… de Hedi Tillette de Clermont-Tonnerre. También podría llamarlo una película sobre encontrar y apropiarse de un respiro. Manca transmite a la perfección la asfixiante relación entre los hermanos y lo necesario que es para Nour escapar de esa dinámica. Al mismo tiempo, también sientes cuánto él, Abel y Mo, a diferencia de Hedi, la oveja negra, anhelan permanecer juntos como familia.

Manca le da a esta historia algo universal y atemporal, por ejemplo, al dejar fuera de escena a los teléfonos celulares y las redes sociales. El trabajo de cámara de Marco Graziaplena, filmado a mano con los colores saturados de la película de 16 mm, absorbe por completo la bochornosa atmósfera veraniega de la ciudad sin nombre. El resultado final es un cuento de hadas irresistible, crudo y realista que hábilmente se controla a sí mismo: el límite de lo creíble rara vez se cruza y, sin embargo, puedes creer que todo es posible para Nour.

Mes frères, et moi

Drama

★★★★ renta

Dirigida por Yohan Manca

Con Maël Rouin Berrandou, Judith Chemla, Dali Benssalah, Sofian Khammes, Moncef Farfar

108 min., en 34 salas



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