Suena como hace una eternidad. La última vez que Siemens sufrió una pérdida, fue el resultado de su colaboración con la empresa de telecomunicaciones Nokia. El jueves, más de doce años después, el grupo tuvo que volver a mostrar números rojos.
Esta vez el problema no está en las telecomunicaciones sino principalmente en el sector energético. Sobre el tercer trimestre sufrió una pérdida de 1.500 millones de euros. El tercer trimestre en Siemens se extiende hasta junio: el grupo alemán tiene un año financiero roto que termina a fines de septiembre.
No sorprende que las cifras trimestrales estén en rojo. El mes pasado, Siemens ya anunció que reduciría el valor contable de su filial Siemens Energy en 2.700 millones. Aunque la subsidiaria se escindió hace dos años, sigue siendo en gran parte propiedad de Siemens.
El saneamiento es una operación puramente contable. Si bien este castigo genera una pérdida trimestral, no se trata de montos extras concretos que salen de la empresa.
Débitos adicionales
Sorprende que la pérdida sea de nada menos que 1.500 millones de euros. Esto tiene que ver con dos adeudos extra que recién se anunciaron este jueves. No solo hay amortizaciones adicionales en las actividades energéticas, el valor de los activos de Siemens en Rusia también está desapareciendo de los libros.
En marzo, el grupo anunció que era una de las últimas empresas en irse, después de que Rusia invadiera Ucrania un mes antes. Este paso le costará a Siemens 400 millones de euros. La partida también duele por otra razón: ya en 1852, la empresa comenzó a operar en Rusia, y Carl von Siemens, el hermano del fundador Werner, incluso se convirtió en ciudadano ruso siete años después.
Las pérdidas en las actividades energéticas tienen mucho que ver con la filial española Gamesa, que es propiedad total de Siemens desde mayo. El fabricante de turbinas eólicas está luchando contra los contratiempos en el desarrollo de nuevas turbinas y ve que los costos de los materiales aumentan considerablemente. Esos altos costes no solo afectan a Gamesa, sino también a su madre. El miércoles, el fabricante danés de molinos de viento Vestas también anunció una pérdida trimestral.
Siemens, que opera en la industria, la infraestructura (digital), la sanidad y el transporte, registró un beneficio trimestral de 1.500 millones de euros hace un año. A pesar de los reveses antes mencionados, la empresa ve aumentar su facturación en un 4 por ciento a 17,8 mil millones. “Nuestro negocio es atractivo y está creciendo”, dijo el CEO Roland Busch. “Tenemos la estrategia adecuada para tener éxito, incluso en tiempos de incertidumbre”.