Los padres estaban en completo pánico y ya habían buscado durante 30 minutos en la playa de 25 kilómetros. Solo entonces llamaron al equipo de rescate. Debido a que los propios padres habían buscado primero, la brigada de rescate perdió un tiempo valioso. Herman Nieuwenhuis, el comandante del puesto, le dijo a Rijnmond: “Debido a que los padres no sabían exactamente dónde estaban y los habían buscado durante media hora, ayer perdimos un tiempo valioso para determinar la ubicación correcta. Para nosotros, cada segundo cuenta”.
Afortunadamente para los padres y el niño, fue rescatado del mar poco después.