Para ser contratado en la AP a partir de ahora ya no bastará con el “saber”, el “saber hacer”, es decir las habilidades técnicas, y el “saber ser”, es decir las habilidades conductuales, también contarán. Este es el punto de inflexión contenido en el decreto ministerial emitido por el Ministro de Administraciones Públicas, Renato Brunetta, y por el Ministro de Economía y Finanzas, Daniele Franco, que actualiza las directrices para la identificación de nuevas necesidades profesionales por parte de las administraciones públicas.
Habilidades blandas
Ya no se le pedirá al empleado que posea simplemente nociones teóricas, sino también la capacidad de aplicarlas a casos concretos y mantener una determinada conducta. En los procedimientos de selección se considerarán aspectos como la capacidad de innovar en los procedimientos administrativos, trabajar en equipo y tomar decisiones de forma independiente. “Habilidades blandas” que, por tanto, serán evaluadas en las próximas competiciones, además de tener un mayor peso en la formación y trayectoria profesional.
La necesidad de nuevas habilidades.
La definición de los nuevos perfiles profesionales permitirá superar, en las intenciones del Gobierno, el automatismo en la rotación: las nuevas incorporaciones no consistirán en realidad en la sustitución de antiguas figuras por otras idénticas, sino que mirarán a las nuevas habilidades que deben apoyar la transformación de la AP prevista por el Pnrr. Un proceso que, por tanto, se traducirá en una reducción progresiva de las figuras administrativas genéricas a favor, por ejemplo, de los expertos digitales, la contratación electrónica, la transición verde, la gestión de proyectos.
Superar el “mansionismo”
Entre los objetivos del ejecutivo también está el de superar el “taskismo”, entendido como la atribución al personal de tareas rígidamente definidas y estandarizadas, vistas como un límite a la acción administrativa. Así como pretendemos superar el concepto de “perfil profesional”, actualizándolo a la noción de familia profesional, lo que se presta a recoger una pluralidad de perfiles de roles o competencias en función de la complejidad de la organización.
la familia profesional
La familia profesional, explica Palazzo Vidoni, es el área en la que los empleados tienen habilidades o conocimientos comunes. Por ejemplo, en relación con el área de funcionarios del nuevo Contrato de Funciones Centrales firmado el 9 de mayo de 2022, un ministerio podría identificar la familia de “funcionarios legales” y, dentro de ella, declinar varios roles, por ejemplo relacionados con el derecho del medio ambiente o derecho sindical.