La semana pasada, la empresa china Shein fue acusada de plagio y apropiación cultural por parte de la Secretaría de Cultura de México luego de que en el sitio web del gigante de la moda rápida se encontrara una blusa floral que era prácticamente idéntica a un tradicional “huipil” usado en 2017 por la marca artesanal YucaChulas. . Este fue el primero en denunciar la situación en las redes sociales.
El minorista respondió a las acusaciones con una declaración que decía: “Respetamos y celebramos todas las culturas. Reafirmamos nuestro respeto por los artesanos en México y el mundo”. En él, la empresa menciona que la prenda en cuestión ya ha sido retirada de su web, donde estaba a la venta por menos de 7 euros.
En el comunicado, la compañía continuó diciendo que no tiene intención de “violar los derechos de autor válidos de nadie” y, como justificación adicional, enfatizó que hacerlo no es parte del modelo comercial de Shein. Según la compañía, este es el quid de la cuestión. del asunto, en cambio, en las fábricas de los proveedores, quienes “están obligados a adherirse a las políticas de la empresa y certificar que sus productos no infringen la propiedad intelectual de otros”. Sin embargo, según Shein, hay casos en los que los proveedores no cumplieron con este acuerdo. En tales casos, Shein “tomaría medidas inmediatas”.
Entonces, ¿es este un caso aislado?
Si bien la defensa de Shein es que acusa a los proveedores de no ser originales en su trabajo, este es un problema más común de lo que la multinacional parece darse cuenta: la historia de Shein está plagada de acusaciones similares, en su mayoría de pequeños diseñadores :innen que estuvieron en algún Punto sorprendido por la aparición de sus diseños o similares en las webs de este gigante del retail sin recibir ningún reconocimiento ni -como podéis imaginar- ningún beneficio.
Pero las grandes empresas tampoco parecen intimidar a Shein, como Ralph Lauren, Oakley y Dr. Martens acusó al minorista en el pasado después de ver sus diseños plagiados en una variedad de productos que se actualizan diariamente en la plataforma, pero sin usar sus marcas registradas.
Esta es una práctica habitual en el sector textil, donde el fast fashion se inspira en las marcas de lujo para, digamos, democratizar el acceso de más personas a determinados artículos creando otros similares de menor valor a menor precio; el denominador común, que es el mismo en todos los casos.
Un caso curioso en este sentido es el de Zara. No solo se encuentran duplicados aquí en el sitio web de Shein que son prácticamente imposibles de distinguir de los originales, sino que también hay varias cuentas de redes sociales con miles de seguidores que comparan referencias a estos productos en su feed todos los días y comparten para que los usuarios puedan encontrar ellos más fácilmente.
Blusas cortas o “huipiles”, identidad maya
Volviendo al caso específico de la reciente denuncia contra Shein, esta blusa, que luce casi idéntica a la original aparte de su calidad y un cambio de color en el pasamanería “del escote, las mangas y el acabado de los lazos finales”, “es un insulto a todas las artesanas que viven y se dedican al bordado”, explicó YucaChulas en Instagram. Porque, “las blusas cortas o ‘huipiles’ como estas se elaboran en diversas comunidades mayas de los estados de Yucatán, Campeche y Quintana Roo, como parte de la identidad de este pueblo maya y como alternativa económica para su subsistencia diaria”, explica la Secretaría de Educación de México.
En el comunicado emitido en su momento por los responsables de la conservación, difusión y promoción del patrimonio material e inmaterial del país, el gobierno mexicano pidió explicaciones sobre “las razones por las cuales se comercializa y privatiza un bien colectivo utilizando elementos culturales, cuyo origen están totalmente documentados y cómo su uso beneficia a las comunidades creativas”.
“Nos entristece mucho este tipo de plagio”, “son una falta de reconocimiento al trabajo de los artesanos que se dedican a este trabajo y viven de la artesanía, en este caso del bordado”. Lo triste es como se devalúa esta artesanía y mucha gente sigue comprando en esta plataforma sin saber el verdadero origen de muchos de los diseños que venden. Esta es una gran violación de la propiedad intelectual y, más importante, de la cultura”, dijo YucaChulas.
Tal como señalan en su carta al gobierno mexicano, “La elaboración de cada una de estas piezas lleva horas de trabajo, debido a la precisión que requiere cada trazo y la combinación de colores que le da profundidad a cada diseño floral. No solo representan una parte del medio ambiente y la naturaleza, sino que también forman parte de su cosmovisión ya que se asocian con la alegría de vivir; reflejan sus emociones y sentimientos y por lo tanto son parte de su identidad como pueblo y cultura maya”, continúa el texto. Un bien cultural, pues, cuya contrapartida se ha despojado por completo de ella mediante la producción en masa y el uso de materiales inferiores, pero sobre todo por el abandono de su tradición.
Otras grandes empresas también lo han utilizado en México en el pasado
Esta no es la primera vez que el gobierno mexicano toma medidas enérgicas contra grandes empresas extranjeras por comercializar elementos de la cultura mexicana en sus productos. Desde enero se encuentra consagrada en el Diario Oficial de la Federación (DOF) la nueva Ley General de Protección del Patrimonio Cultural de los Pueblos y Comunidades Indígenas y Afroamericanas, que prevé multas de al menos 10 millones de pesos (unos 500.000 euros) y prisión para los culpables de utilización no autorizada con ánimo de lucro.
En 2020, la agencia cultural de México presentó una demanda similar contra la diseñadora francesa Isabel Marant, quien había sido acusada por este motivo en 2015, y terminó disculpándose. La casa de moda francesa Louis Vuitton, la diseñadora venezolana Carolina Herrera, las empresas españolas Mango e Inditex y la empresa estadounidense Patowl también han sido demandadas en el pasado por el país, que tiene una riqueza considerable de artesanías de 56 grupos étnicos, incluidas diversas técnicas textiles y de bordado. .
Este artículo apareció originalmente en FashionUnited.es. Traducción y edición del inglés al alemán por Simone Preuss.