En su caminata de unos cinco mil kilómetros hasta Jerusalén, Barry Gepken y Monique de Haas de Erica han llegado ahora al estado alemán de Turingia. Hace aproximadamente un mes partieron desde el sureste de Drenthe para su peregrinación. “Hemos tenido algunos días calurosos”, dice Gepken.
Porque al igual que con nuestros vecinos del este, a veces hacía un calor sofocante en los últimos días. “Luego hay que escalar y apenas hay un pueblo para comer y beber. Pero por suerte sobrevivimos”, dice Gepken.
Lo que también ayuda es que la pareja de excursionistas, que están en el camino con el perro Maurice, no se adhieren a un horario estricto. “No nos vamos a imponer nada, porque entonces nos volveremos locos, mientras que solo queremos vaciar la cabeza”.
La peregrinación tiene una parte importante de contemplación y relajación. “Y eso va bien. Por la noche nos sentamos junto al fuego y hacemos café y té para relajarnos. También hay mucha gente encantadora aquí en Alemania. Así que no es un problema que estemos aquí por un tiempo, porque nos gusta hacer eso. Son buenas personas con las que estar”.
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