Por Claudia von Duehren
Ninguna celebridad pasó por su stand. En la leyenda del currywurst Klaus-Peter Bier (83), las estrellas hambrientas hacían cola por la noche. Ahora ha fallecido el dueño del legendario snack bar “Kudamm 195”.
“Mi padre se durmió plácidamente el 2 de julio”, dice Gregor Bier (49) a BZ
Desde 1997, él y su padre venden currywurst en el Kudamm. Entre sus invitados habituales se encontraban veteranos de Berlín como el actor Harald Juhnke (1929-2005) y el playboy Rolf Eden (92). “Juhnke siempre tomaba una salchicha y una cerveza, y su hijo Oliver es a menudo nuestro invitado”, revela Gregor Bier. Rolf Eden disfrutó de la salchicha con la salsa casera para el almuerzo, a pesar de que estaba “constantemente a dieta”.
No hace falta decir que a los exalcaldes de Berlín Eberhard Diepgen (80, CDU) y Klaus Wowereit (68, SPD) también les encantó el Bude am Kudamm y estaban encantados de recibir aquí a destacados invitados de la ciudad. Wowi donó un curry crujiente a la estrella del tenis Boris Becker (54).
Pero estrellas de lejos también siguieron la llamada del famoso salchichón. Los magos Siegfried y Roy llegaron a Kudamm 195 desde Las Vegas y quedaron encantados. Incluso la primera esposa del sha persa, Farah Diba (83), disfrutó de la especialidad de Berlín, ¡acompañada por el BZ, por cierto!
Nacido en Berlín, Klaus-Peter Bier abrió su snack bar a mediados de la década de 1960 en el edificio de la esquina de Kurfürstendamm 185. “En ese entonces compraba al mismo proveedor de salchichas que la inventora de currywurst de Berlín, Herta Heuwer”, dice Gregor Bier.
No pasó mucho tiempo antes de que Klaus-Peter Bier am Kudamm vendiera el doble de salchichas que Heuwer en la esquina de Kantstrasse y Wilmersdorfer Strasse, con una copa de champán para acompañar.
Charlottenburg-Wilmersdorf
Pero en diciembre de 1989, un incendio destruyó el popular snack bar de Klaus-Peter Bier. En la pensión que había encima del puesto de curry, un invitado se había quedado dormido con un cigarrillo. El antiguo edificio se quemó por completo, diez personas murieron. Klaus-Peter Bier solo pudo salvar su caja registradora con el pequeño cambio. “Un año después bajamos diez casas al número 195. Hoy somos los inquilinos más antiguos de todo Kudamm”, informa Gregor Bier.
Su padre estuvo a su lado hasta el final. Por cierto, el propio senior prefería la brocheta de carne hecha en casa con la salsa picante basada en la receta familiar.