En Amersfoort la noticia cayó como una bomba. El controvertido desvío occidental se va a la basura. La nueva coalición del D66, GroenLinks, CDA, ChristenUnie y Party for the Animals pone fin al plan que debería garantizar un mejor flujo de tráfico de automóviles. Pronto solo habrá una serie de nuevas conexiones para bicicletas y un túnel para bicicletas seguro debajo del ferrocarril. Cerrar la circunvalación occidental era prácticamente inevitable, ya que los costes se disparaban. El plan amenazaba con costar no 68, sino 113 millones.