De la clase energética a la limpieza, el vademécum para reducir los costes de los aires acondicionados en la factura


El coste de los acondicionadores de aire en la factura podría llegar a ser aún mayor si al aumento del precio de la energía se le suma el mal uso del aparato. Precisamente por eso, Facile.it ha creado un breve vademécum con seis consejos prácticos para reducir gastos y ahorrar en la factura final.

Presta atención a la etiqueta

La elección de la clase energética del aire acondicionado es fundamental para intentar contener al máximo el consumo; aquellos que están luchando con la compra de este dispositivo, harían bien en optar por un modelo de clase A o superior. Pero presta atención a las etiquetas energéticas; si es cierto que a partir de 2022 entró en vigor la nueva clasificación, igualmente es cierto que aún se encuentran disponibles en el mercado productos con la antigua clasificación. Para tomar una decisión informada, es bueno verificar qué etiquetado muestra el aire acondicionado que estamos comprando. En cualquier caso, elegir un dispositivo de bajo consumo te permite reducir significativamente tu factura; por ejemplo, mirando el etiquetado antiguo, cambiar de un acondicionador de aire de clase B a un acondicionador de aire de clase A ++ significa reducir el costo de la factura en aproximadamente un 30-40% por año. Además, no olvides que cambiando un sistema antiguo también puedes disfrutar de importantes deducciones fiscales que pueden llegar hasta el 65%.

Tipo de inversor

Otro consejo es evaluar la instalación de un aire acondicionado inverter en lugar de uno tradicional. Este tipo de aire acondicionado, una vez alcanzada la temperatura establecida, en lugar de apagarse, ralentiza el régimen del motor y funciona al ralentí, evitando el consumo de energía necesario para parar y volver a arrancar. Elegir este tipo de aparato permite un ahorro energético del 30% respecto a un aire acondicionado tradicional.

No a las temperaturas polares

Una vez que hemos elegido el acondicionador de aire que mejor se adapta a nuestras necesidades, es importante usarlo con prudencia y cuidado: establecer temperaturas polares, por ejemplo, es malo para nuestra salud, nuestro bolsillo y el medio ambiente. Mejor programar la temperatura unos 6-8 grados por debajo de la exterior y, si el aparato está equipado con ella, podemos utilizar la función de deshumidificación en lugar de la de refrigeración; esto hará que el aire sea más saludable y aligerará su factura hasta en un 13%.

limpieza del sistema

El mantenimiento de la planta, sobre todo si lleva unos años a cuestas, es fundamental; subestimar la limpieza de los filtros podría costar muy caro, para nuestra salud y para la factura. Una planta debidamente limpia puede operar al 100% de su capacidad; en cambio, si se mantiene de forma incorrecta, puede llegar a consumir hasta un 8% más.



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