Los franceses dominan durante una hora y marcan con el Mbappé desatado, luego un error de Gigio provoca el empate y el partido queda anulado
Hay noches en las que el fútbol reclama su papel como el deporte más querido y seguido del mundo. Y lo hace a través de partidos como el de la Real y el PSG, destinados a quedar en la historia de la Champions League. El 3-1 final, con el que el equipo de Ancelotti anula el 0-1 de la ida, ganándose los cuartos de final, es producto de dos partidos demasiado diferentes entre sí para incluirlos en estos mismos 90′. Durante una hora solo queda el PSG, arrastrado por un Mbappé celeste, dispuesto a llevarse el Balón de Oro. Luego viene el episodio del 1-1: la Real solo pudo igualar con una hazaña o con la ayuda de sus oponentes.
Y pena que sea nuestro Gigio Donnarumma, protagonista de la tortilla que desemboca en el gol de Benzema, el que vuelva a meter a los blancos en el partido. A partir de ahí, eliminó al PSG, que desapareció del campo de forma bochornosa. Solo existe la Real, el equipo al que nadie puede sacar de la Champions, aunque parezca lejos de lo más alto. Sólo está Karim Benzema, el eterno Benzema. Con él un Modric en movimiento: todo para decir que a los 36 y medio está acabado, pero vayan a ver el balón que le regala el genio croata a Benzema para el 2-1.
EL PARTIDO
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Tras los primeros 10′ en los que la Real, arrastrada por Vinicius, parece prometer, sólo queda el PSG. Mbappé está demoledor, bien asistido por Neymar, mientras que Messi se queda al margen, como le sucede ahora con demasiada frecuencia. En el medio también hay un Verratti sublime, excelente noticia para Mancini. El PSG pasa en el minuto 39 con la escapada de Mbappé, lanzado perfectamente al espacio por Neymar, que perfora a un Courtois no perfecto. Se anulan dos goles más al francés, mientras el Bernabéu le admira con la boca abierta esperando que llegue a Madrid en junio.
GIGO, QUE ESTAS HACIENDO?
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Donnarumma ha sido víctima del fútbol en los últimos años, que exige que los porteros sepan jugar al menos decentemente con los pies. Quizás su talón de Aquiles, siempre. Benzema va presionado, tarda en sacar el balón y la tortilla está hecha. El balón de carambola sobre Vinicius que le sirve a Benzema un gol cómodo. Impresionante cómo un episodio manejable (la Real necesita dos goles más para pasar, uno en la prórroga) disuelve a un equipo obviamente poco acostumbrado a ganar partidos pesados.
A diferencia de la Real y su entrenador, que persiguen la cuarta Champions. En dos minutos, entre el 76′ y el 78′, Benzema hace dos más. El 2-1 es una genialidad de Modric, con Marquinhos que ensucia el disparo de Benzema haciéndolo imparable, mientras que el tercero es todo del francés, que se abalanza sobre una jugada frenética de un Marquinhos tambaleante y la mete al córner. La vuelta sirvió. Y el que quiera ganar la Champions League, para variar, tendrá que vérselas con la Real.
9 de marzo de 2022 (cambio 9 de marzo de 2022 | 23:07)
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