El primero es un hombre hecho a sí mismo, un ingeniero de caminos capaz de subir los peldaños de los buenos círculos castellanos, el segundo un ex tenista que se ha convertido en el referente del fondo soberano de Qatar.
Estrellas enfrentadas del fútbol internacional sobre el césped y dos formas distintas de entender la riqueza y de aspirar a lo más alto sentados uno al lado del otro en las gradas. El Real Madrid contra el Paris Saint Germain es también un desafío entre los conceptos empresariales expresados por Florentino Pérez y Nasser Al-Khelaïfi. Setenta y cinco años, madrileño, el presidente de los merengues; 48 años, qatarí, el número uno del PSG. El primero es un hombre hecho a sí mismo, un ingeniero de caminos capaz de subir los peldaños de los buenos círculos castellanos, oscilando entre la política y los negocios en el sector de la construcción. El segundo es en cambio un ex tenista que se subió a la ola del desarrollo económico en la Perla del Golfo Pérsico, convirtiéndose en el punto de referencia del fondo soberano de riqueza de Qatar.
La Superlega
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Pérez tiene una concepción verticalista del poder: los grandes clubes deben ser capaces de explotar todas las palancas económicas para crecer lo máximo posible, por lo que es obvio que en su mente la Superliga es un proyecto a bendecir. Al-Khelaïfi utilizó en cambio los oscuros pliegues reglamentarios para amortiguar los efectos del fair play financiero, colocándose en contra de los grandes del viejo continente: desde su punto de vista, la Superliga es rechazable. Por ahora parece haberlo conseguido, y además también se ha asegurado el máximo escaño de la ECA, aunque los temas judiciales le siguen rondando. Por un lado, el ingeniero que se convirtió en aristócrata a lo largo de las décadas, por otro lado, el gerente que se hizo rico en poco tiempo: el choque es de valores más que económicos. Entre los que siempre han pisado la alfombra roja y los que la han encontrado desenrollada frente a ellos gracias a la riqueza acumulada en un santiamén.
los activos
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Según datos de Forbes, el patrimonio personal de Al-Khelaïfi ascendía a 6.200 millones de dólares antes de la pandemia, mientras que el actual de Pérez es de 1.900 millones de dólares. Tienen en común la visión del club perfecto: un conjunto de estrellas puestas a jugar sobre el césped. Futbolistas conocidos y sobrepagados que alimentan el negocio con ingresos pero que también hacen que los costes totales se disparen. Para un sistema que lucha por valerse por sí mismo y necesita constantemente inyecciones de liquidez por parte de los propietarios adinerados. ¿Cenarán juntos después del partido del Bernabéu? Si es así, el anfitrión obviamente ofrecerá el banquete.
8 de marzo de 2022 (cambio 8 de marzo de 2022 | 19:42)
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