En 14 inmersiones se sacaron del mar más de 5000 kilos de redes y 700 kilos de plomo de pesca. Se trataba de redes, sedales, jaulas para langostas, anzuelos y plomo de pesca tóxico que, según la fundación, suponen una grave amenaza para la vida submarina. En las llamadas redes de enredo había decenas de langostas, cangrejos y peces que fueron liberados por los voluntarios.
Los desechos en el lecho marino a menudo se acumulan en los naufragios porque tienen muchas puntas de gancho y crean lugares protegidos en la corriente. Es difícil de salvar porque está adherido a los restos o ha desaparecido parcialmente bajo la arena. Los voluntarios retiran los residuos a mano para perturbar lo menos posible el biotopo, según informa la fundación.
En los últimos doce años, los voluntarios afirman haber recuperado 80.000 kilos de residuos de naufragios en el Mar del Norte. Los naufragios actúan como guarderías y refugios para muchos animales, según la fundación.