PAGS.Puede contar con una fortuna personal de 340 millones de libras, pero la reina Isabel todavía está tensa y preocupada por las finanzas en la corte. Con un aumento del gasto del 17 por ciento y unos ingresos que lamentablemente siguen siendo demasiado bajos, la soberana teme las reacciones de sus súbditos, afectados por la grave crisis económica, y está dispuesto a ser un ejemplo: a partir de ahora, nada se desperdicia en la corte.
La solución (económica) de la reina Isabel
Para hacer frente a la crisis del Palacio de Buckingham, la solución de la reina es sencilla: volvemos a adoptar la actitud que bien sirvió a la familia real en los años de Segunda Guerra Mundial. Elizabeth recuerda bien esos tiempos. La entonces princesa era sólo una adolescente pero, al igual que sus padres y su hermana Margarita, se había adaptado rápidamente a vivir sin excesivos lujos, aprendiendo a coser e incluso a ser mecánica.
Reina Isabel: nada debe desperdiciarse y todo debe reciclarse
Lecciones que ahora, a sus 96 años, la reina ha decidido volver a proponer en la corte, pidiendo a sus ayudantes que economicen en todo, desde cocinas hasta despachos administrativos. Una iniciativa aplicada, en realidad, ya en el primeras semanas de confinamiento, en 2020cuando la reina había iniciado de inmediato un procedimiento para racionalizar su equipo personal, acompañado del despido de hasta 250 empleados.
Cómo economizar en la ropa de Isabel II
El soberano no tiene intención de gastar dinero en ropa nueva. Lo que tiene es más que suficiente. Angela Kelly, su amiga y vestidor oficialha vuelto a examinar, a petición de la propia Isabel, el enorme guardarropa real, yendo a buscar vestidos desde hace años conservados en los sótanos del Palacio de Windsor y Buckingham. Y ahora está súper ocupada modificando, apretando, acortando los atuendos que ya usó en el pasado y resurgió para los próximos compromisos.
¡Basta ya de coches nuevos en la cancha!
Mientras que William y Kate se entregaron recientemente a uno nuevo rango rover, gastando alrededor de 100 mil libras, Elisabetta prefirió renunciar a un auto nuevo. La flota almacenada en los garajes no necesita nuevas incorporaciones: el que prefería conducir ella misma hasta hace unos meses es del 2001.
Reina Isabel: “¡Apaga la luz cuando salgas!”
En lugar de encender los costosos radiadores del castillo de Windsor, la reina prefiere calentarse con un calentador eléctrico por unas pocas decenas de libras. los Las bombillas de 40 vatios están prohibidas. y en las nuevas normas enviadas a todo el personal hay una clara invitación a apagar las luces al salir de cada habitación. ¿Y para los regalos? Solo se utilizan papel y lazos estrictamente reciclados.
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