Francia examinará todos los centros de atención residencial tras el escándalo de Orpea

Tras el escándalo con la cadena francesa de residencias de ancianos Orpea, el Gobierno francés ha decidido cribar todos los centros de atención residencial del país en un plazo de dos años. Se monitorearán los 7.500 centros de atención residencial, tanto públicos como privados. Además, deben ser más transparentes sobre su desempeño y el uso de los fondos públicos. Las oficinas regionales de salud contratarán a 150 oficiales adicionales para llevar a cabo el monitoreo a gran escala.

La cadena francesa de residencias de ancianos Orpea quedó desacreditada a finales de enero tras la publicación del libro ‘Les Fossoyeurs’ del periodista Victor Castanet. Se trata de racionamientos, de ancianos que se quedan en sus excrementos o no reciben atención durante días. Sin embargo, los residentes tienen que pagar mucho por su estadía. Se dice que los abusos son el resultado de la búsqueda de devoluciones del grupo.

Por eso, una «ola de descrédito» se abatió sobre los centros de atención residencial, según la ministra competente Brigitte Bourguignon. “No podemos aceptar que todo un sector esté expuesto a las dudas de los franceses”, dijo a su vez el ministro francés de Salud, Olivier Véran, durante una visita a una institución pública de la región parisina. «Para recuperar la confianza, queremos una transparencia total», dijo.

Encuesta de satisfacción

Los centros de atención residencial deberán publicar cada año diez indicadores en su página web, incluyendo sus tarifas, el presupuesto diario para comidas y la relación entre el número de empleados y el número de residentes. Los residentes y sus familiares podrán evaluar las condiciones de vida y los servicios de los centros de atención residencial en una encuesta de satisfacción anual y obligatoria. Los resultados deberán publicarse en la recepción de cada establecimiento.

Esta mañana, varios cientos de personas protestaron frente a la sede de Orpea en la región parisina, denunciando las «extremadamente malas condiciones laborales» de los empleados del grupo.

La semana pasada se anunció que catorce centros de atención residencial en Flandes también están bajo una mayor supervisión porque existen serias dudas sobre la calidad de la atención.



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