El consumo medio de agua de las familias afiliadas a De Watergroep sigue descendiendo. Esto es evidente en el informe anual de la compañía de agua. En 2020 una familia promedio consumió 70,92 metros cúbicos de agua, en 2021 fue de 70,21 metros cúbicos. Es una ligera disminución, pero la tendencia a la baja ha continuado durante unos diez años. De Watergroep también quiere iniciar un debate sobre el proyecto de ley existente para el agua potable, dice el director general Hans Goossens.
Según De Watergroep, la instalación obligatoria de pozos de agua de lluvia en las viviendas de nueva construcción es una de las razones de la disminución del consumo de agua. Como resultado, las familias usan con más frecuencia agua de lluvia en lugar de agua potable, por ejemplo, para descargar el inodoro o usar el lavavajillas.
El consumo medio de los hogares ha estado disminuyendo durante diez años, aunque ligeramente. El pico de consumo está aumentando, por lo que aún se requieren la infraestructura y las inversiones necesarias, dice el grupo. La compañía planea gastar mil millones de euros en inversiones durante los próximos cinco años, también para hacer que la red de agua sea lo suficientemente resistente al clima.
Goossens también confía en que siempre habrá suficiente agua potable en el próximo verano. “Por supuesto que también contamos con la concienciación de los clientes, pero estamos preparados para entrar en verano”, suena.
Reforma ley de agua potable
El director general también aboga por una reforma del proyecto de ley de agua potable. En la actualidad está determinado principalmente por el volumen de agua potable que se consume anualmente. Una familia media de 2 a 3 personas paga unos 380 euros al año. El cuarenta por ciento de esa cantidad en realidad se destina al consumo de agua potable, el sesenta por ciento restante se utiliza para la gestión del alcantarillado y la purificación del agua, entre otras cosas.
Quien consume menos agua potable porque ha instalado un pozo de agua de lluvia, por ejemplo, paga menos por la gestión de aguas residuales o por la depuración del agua, porque esos costos están ligados al consumo de agua potable. El agua de lluvia todavía termina en el sistema de alcantarillado, por ejemplo, a través del inodoro o la lavadora.
Goossens quiere reformar la factura del agua y no solo mirar el precio por metro cúbico de agua utilizada. “Hay muchas maneras de hacer eso. Creemos que se debe abrir el debate”, dijo el director general. También está pensando en usar medidores de agua digitales. De Watergroep planea instalar 1,5 millones de medidores digitales para 2030. Estos medidores podrían usarse, por ejemplo, para introducir tarifas pico.
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