El pantano de Music Meeting se sintió como un oasis.


Cualquiera que haya jugado alguna vez al ping pong sabe ‘alrededor de la mesa’. Los jugadores corren alrededor de la mesa golpeando la pelota de un lado a otro. También pareces poder tocar eso con cuatro pianistas y dos pianos de cola. El domingo del festival Music Meeting en Nijmegen abrió con cuatro músicos cubanos de primer nivel, Ramón Valle, Rolando Luna, Marialy Pacheco y Andy García, quienes improvisaron entre ellos, cambiando constantemente de posición. La diferencia con el ping pong era que nadie se disparaba, cada saque musical, smash o bola de efecto retardado volvía.

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El festival hace nuevas conexiones. La directora artística y ex trompetista latina Maite Hontelé finalmente pudo incorporar su sorprendente visión de la música cubana en el programa más amplio. Algunas reservas tardaron casi tres años en hacerse. Pero ahora que finalmente era posible nuevamente, estaban los otros flagelos habituales de la vida del festival, como los trenes internacionales que no funcionaban y el caos en Schiphol que aún causaba que las bandas se quedaran atascadas. Ah, y llovió continuamente sobre Nijmegen durante ocho horas.

Trío Da Kalic con invitado especial Tapa Djely
Foto Eric van Nieuwland

Aún así, era imposible arrepentirse de su billete. El nivel era consistentemente alto, el programa variado. El público que bailaba bajo sombrillas y ponchos al ritmo del vudú haitiano crudo y terrenal de Chouk Bwa complementado por los giradores de perilla belgas The Angströmers, luego encontró un techo sobre la cabeza con las delicadas canciones de la española Rita Payés† Su actuación fue encantadora. Alterna tocar el trombón con su voz celestial en el jazz ibérico.

Encuentros Íntimos

En un escenario más pequeño, el festival programa encuentros íntimos, documentales y entrevistas con artistas. Allí volvió a tocar Payés, acompañada únicamente por su madre a la guitarra, lo que la hizo aún más refinada si cabe. Y mientras tanto, los fanáticos empapados tuvieron otra fiesta en los metales balcánicos de la Orquesta Dzambo Agusevi de Macedonia del Norte y el bosnio Damir Imamovic logró hacer manejables las canciones pesadas sobre Sarajevo con una presentación fríamente humorística.

El pop de África Occidental nunca falta en Music Meeting. La cantante maliense Djely Tapa no aportó el prometido ‘afrofuturismo’, pero insufló vida a su mezcla algo estándar de afrofunk y rock tocando la batería con su banda con total dedicación. Nuevamente, la versión refinada del género se presentó en el escenario cubierto. La súper banda maliense Trio da Kali interpreta la tradición del griot con un gran toque en balafon y ngoni. Pero sobre todo con la voz de Hawa Kassé Mady Diabaté. Suena tan completo y cálido que el pantano en el que ahora se había convertido Park Brakkenstein comenzó a sentirse como un oasis en un desierto abrasador.



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