Chirichella y Bosetti en la Academia Bebe Vio: "Discapacitados y aptos juntos, puro deporte"

Los dos campeones de voleibol se entrenaron (también en baloncesto en silla de ruedas) junto a los chicos de la Academia Bebe Vio: “Al final no se notan los diferentes físicos, solo cuentan las ganas de saltar a la palestra…”

Valeria Benedetti

06 junio

Jonel es una fuerza de la naturaleza, con la ayuda de sus manos recorre todo el campo y resiste los intentos de los entrenadores por detenerlo, nunca se queda quieto le roba el balón a los pies de Cristina y Caterina que, seamos sinceros , con sus pies no nos hacen mucho. . “Seamos realistas, es un desastre – se ríe Caterina Bosetti – ni siquiera intercambio fútbol durante los calentamientos”. Ella y Cristina Chirichella se mueven sobre el césped del centro de Iseo pegando a cinco y practicando deportes a los que no están acostumbradas.

Dos campeones de voleibol (tanto en Igor Novara como en la selección) en la Academia Bebe Vio para una tarde de deporte inclusivo junto a los chicos que durante todo un año asistieron a los gimnasios habilitados para iniciarse en el deporte junto a personas con discapacidad y sin discapacidad. Una tarde de sonrisas y pura diversión como subraya Cristina más allá de la competición, o junto a la competición: “Es una iniciativa fantástica. Ves que los niños se pueden divertir sin pensar, que les pones una pelota en la mano o con una. Para ellos es la mismo y este es el deporte de estar juntos, comunicarnos, encontrar la manera de hacer las cosas independientemente y ayudarnos unos a otros”.

Y probar nuevos deportes también es un reto para los atletas de alto nivel como lo es encontrar formas de adaptar y adaptar el propio cuerpo, que es un poco como el espíritu de la Academia Bebe Vio. Mientras Cristina y Caterina luchan por manejar los ejercicios con los pies, los chicos ya son expertos y en la prueba del partido el juego se pone duro. Las faltas vuelan y mantener la pelota no es fácil: “Es puro deporte también en términos de competitividad -ríe Cristina-, salí un poco probado. Sufrí algunas faltas y hasta tiré a una niña al suelo, lo juro No lo hice a propósito, pero ella se levantó de inmediato y por eso diría que no hay problema”. Y quién dice que el desafío a la fisicalidad es solo para discapacitados. Todos en silla de ruedas para jugar al baloncesto estimulando la coordinación en el manejo del vehículo y el balón a lanzar, se convierte también en una forma de afrontar nuevos límites personales.

Y los chicos de la Academia están listos para darles consejos también a ellos, que ciertamente tienen menos experiencia en este campo. “De hecho -dice Cristina- es una forma de adquirir nuevas habilidades, te encuentras teniendo que inventar soluciones para movimientos a los que no estás acostumbrado”. Ni siquiera en voleibol sentado para ellos es tan evidente ser favorito: “Es difícil moverse por la cancha sentados -dice Caterina-, incluso golpeando, golpeando la pelota, terminas magullado. De hecho, uno de los Lo más fascinante de una iniciativa de este tipo es ver cómo el cuerpo se adapta a cualquier dificultad encontrando una solución. Y al final no se notan las diferentes fisicalidades, solo cuentan las ganas de lanzarse a la refriega”.

Lo único que se nota es el deseo de divertirse todos juntos que actúa como estímulo para superar todos los obstáculos. “Como decía, es puro deporte, dice Cristina -. Nos divertimos mucho. Es una experiencia única jugar con ellos. No cabe duda de que abordar el deporte así entre risas y bromas empuja a los niños a estar felices de intentarlo”. cosas nuevas. Se integraron de inmediato. nosotros también. Contusiones incluidas”. Y con mucha diversión.





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