Mayor compensación para aquellos que tienen que llevar su propio coche para su trabajo

Para aquellos que no tienen un automóvil de la empresa y una tarjeta de combustible, los precios explosivos en la bomba son un duro golpe para la factura mensual. Por lo tanto, el gobierno federal reservó un bote de 30 millones de euros en abril para apoyar a los empleados que no tienen más remedio que usar su automóvil privado. Por ejemplo, considere una enfermera a domicilio que tiene que conducir de un paciente a otro. Así que no se trata de desplazamientos ‘normales’.

Dado que los interlocutores sociales no lograron llegar a un compromiso sobre cómo se debe utilizar este dinero, el ministro de Trabajo, Pierre-Yves Dermagne (PS), ahora presenta una propuesta, que aún no ha recibido la luz verde del gobierno federal. Quiere animar a las empresas a que aumenten el kilometraje mínimo hasta los 0,37 euros el kilómetro, lo mismo que están cobrando ahora los funcionarios. Esto debe negociarse a nivel sectorial.

Si las empresas conceden esa cantidad, pueden recibir a cambio un descuento de 10 céntimos por kilómetro en su retención en la fuente. En concreto, el empresario recibirá entonces un descuento de 10 euros, mientras que el trabajador recibirá 37 euros cada 100 kilómetros. Una parte de esa cantidad tiene que cubrir el repostaje, el resto es indemnización por el uso y seguro del coche.



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