Como es habitual, el Pleno ha discutido una serie de textos tras el turno de preguntas del miércoles. Diseños y propuestas muy controvertidas no estaban en la agenda. Ya se había remitido al Consejo de Estado el polémico proyecto sobre la obligatoriedad de análisis de sangre en la sanidad.
Así, entre otras cosas, las resoluciones sobre la supuesta violación de los derechos humanos en Hong Kong y el asesoramiento psicosocial de los soldados permanecieron en la agenda.
Fue el líder del partido N-VA, Peter De Roover, quien señaló a sus compañeros que la mayoría estaba presente con apenas 60 miembros, de un total de 150 diputados. Inmediatamente advirtió que no habría votación si los partidos de Vivaldi no convocaban a más personas.
Para ser claros, algunos diputados de la mayoría estaban enfermos. Se habían hecho acuerdos de votación al respecto con N-VA, pero tampoco se contabilizó la mayoría en número.
Servais Verherstraeten (CD&V) admitió posteriormente que no sería posible reunir suficientes personas a tiempo y, por lo tanto, propuso que las votaciones se realicen la próxima semana.
Por lo tanto, los textos discutidos serán revisados en la próxima sesión plenaria, pero este aplazamiento no es un hecho cotidiano por ese motivo.