Las importaciones se cuadruplicaron en mayo, pero dos tercios de los barriles fueron a la planta de Lukoil en Sicilia, los demás a Trieste, desde donde continuaron por oleoducto: probable destino Alemania, donde hay una refinería propiedad de Rosneft
por Sissi Bellomo
Italia se ha convertido sin saberlo en uno de los principales destinos del petróleo ruso en Europa, con unas importaciones de crudo que se habrían cuadriplicado en mayo respecto a antes de la guerra en Ucrania, hasta situarse en unos 450.000 barriles diarios, un nivel que no alcanzaban desde 2013.
El cuadro que pintan las estimaciones de Kpler es vergonzoso. Pero las compras en realidad parecen haber sido piloteadas casi en su totalidad desde Moscú, para abastecer las refinerías que aún controla en nuestro país…