Massimiliano Allegri sigue siendo bombero pero ya es tarde para apagar la llama de la esperanza en la afición juventina, alimentada primero por las palabras de Pavel Nedved y luego por el manifiesto programático de Paulo Dybala y finalmente por Federico Cherubini. “Después de Atalanta y Turín hubiera dicho que el Scudetto era imposible, pero ahora frenaron delante de nosotros y nos acercamos. Digamos que todavía no peleamos, es difícil recuperar puntos después del mal comienzo. es casi imposible, nuestro objetivo es entrar en la Champions League”, declaró el vicepresidente florentino. De ese “casi” antepuesto a la palabra imposible, queda claro que la Juventus se cree un poco y no ha perdido la esperanza de sorprender a todos con otra remontada, esta vez aún más increíble que la de la 2015-16. Dybala estuvo ese año, fue su primera en blanco y negro, y quizás por eso ayer en Milán, donde recibió el premio ‘Amigo de los niños’, se relanzó. “La Juve siempre debe creer en ello”, agregó desde el mismo escenario el Director de Fútbol Federico Cherubini. La Juventus sigue al acecho y en caso de regalos inesperados no quiere que la pillen desprevenida. Así que el objetivo es tratar de ganarlos a todos y esperar que los demás no hagan lo mismo. Desde la nueva solidez en defensa hasta el retorno avasallador del morro corto, desde el calendario favorable a la recuperación de jugadores preciosos como Dybala y Bernardeschi: por eso la Juve puede creerlo.
Massimiliano Allegri siempre ha ganado el Scudetto (tanto los cinco seguidos con la Juventus como el primero con el Milan) con la mejor defensa. El arranque del Max bis no fue demasiado alentador: diez goles encajados en los primeros 6 partidos ligueros pese a Bonucci, Chiellini y De Ligt. El problema ciertamente no eran los hombres, sino un equipo que había perdido referencias y certezas tras la cura Sarri y Pirlo, que tenía un planteamiento defensivo completamente diferente al de Allegri. El técnico trabajó mucho en este aspecto y ahora Madama parece haber redescubierto la antigua imperforabilidad. Los números hablan de 5 goles acumulados en los últimos 6 partidos de liga y todo ello a pesar de la continua emergencia (Chiellini lleva un mes de baja y él, Bonucci y Rugani han estado ausentes a la vez en el último periodo, obligando a Allegri a ” inventar” Danilo central, pero también Alex Sandro y De Sciglio). Cambia la puesta a punto (de tres a cuatro según disponibilidad y necesidades) pero no la actitud: el departamento vuelve a ser sólido y agresivo, con un De Ligt cada vez más puntero. En Europa, de noviembre a hoy, solo la Real ha sufrido menos (8) que la Juve (10).
El número perfecto sería 33: estos son los puntos de los que dispone la Juventus de aquí al final del campeonato (faltan 11 partidos). Si ganaran todos, los bianconeri cerrarían la temporada en 83, una cifra que a Massimiliano Allegri no le alcanza para ganar el Scudetto. Según el técnico de la Juventus, se necesitan 84-85 puntos para ganar la bandera, descontados otros traspiés de los tres del Ave María (Inter, Milán y Nápoles), que para el jugador del Livorno son los únicos que luchan por el primer puesto . Allegri sabe de rachas positivas: en la temporada 2015-16 logró 31 resultados útiles consecutivos y fue a hacerse con el título pese a un comienzo desastroso. Ahora tiene 13 años y el calendario dice que llegar a los 24 no es imposible: solo un partido directo y en el Estadio (con Inter en la jornada 31) y Lazio (en casa) y Fiorentina (fuera) en las últimas 2 jornadas. En el medio, muchos partidos asequibles, comenzando con el partido contra Spezia el próximo domingo, luego Sampdoria, Cagliari y Sassuolo fuera y Salernitana, Bolonia y Venecia en casa. Pero ojo con los pequeños, que como bien sabe La Señora pueden volverse traicioneros: la Juventus tendrá que demostrar en este final de temporada que está curada de un dolor provinciano, dado que en primera vuelta perdió ante Empoli, Verona y Sassuolo y Dejó preciosos puntos ante Udinese y Venecia. El momento es ciertamente positivo a pesar de las muchas ausencias: el equipo de Allegri lleva más de 3 meses sin perder (última derrota ante el Atalanta el 27 de noviembre) y desde entonces suma 8 victorias y 5 empates. Después del 13, Allegri va directo al 14.
Victoria por 1-0 en propia puerta en el descuento: en Florencia fue el triunfo del boquillero alegre, que es una de las claves del cambio de ritmo de la Juventus. Allegri ha obtenido hasta ahora 12 victorias (en 27 jornadas) con un solo gol de diferencia. El récord de las últimas 8 temporadas en realidad pertenece a Maurizio Sarri, el menos cortomusista de los entrenadores, que en su única temporada con la Juventus cerró con 18 triunfos obtenidos con un solo gol de ventaja. Max siempre ha promediado entre 14 y 17 victorias cortas en el campeonato en los cinco años de campeonato. Defensa atenta, poca posesión de balón, errores individuales reducidos al salario mínimo: así la Juventus redescubrió esa mezcla de sufrimiento y cinismo que caracteriza a su entrenador. Los equipos de Max siempre han sido más esenciales que brillantes, buenos para esperar y golpear quirúrgicamente en el momento adecuado. Todo esto, sin embargo, faltó en la primera parte de la temporada, cuando la Juventus a menudo se dejaba atrapar o burlar en la final. Ahora es menos derrochadora y más resolutiva también gracias a Vlahovic, que aportó ese excedente de goles que le faltaba a la Dama: al delantero serbio no le falta picardía de cara a la portería y cada balón que le pasa es potencialmente gol.
4 de marzo de 2022 (cambio 4 de marzo de 2022 | 08:54)
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