¿Superaleación? No hace falta insistir, hasta los fans dijeron que no

La redistribución de los ingresos debe respetar un modelo sostenible a cualquier nivel, no se puede concebir una élite que se ocupe de la obstinada protección de sus intereses exclusivos

Aquí vamos de nuevo. Pensábamos que el Superlega, concebido y desmantelado en un par de días hace un año, había sido descartado como un invento torpe. Pero no: se reactiva la competición, prohibida el año pasado tras las protestas en la plaza de los aficionados de todos los clubes. Se intenta traer de vuelta por la ventana lo que había sido azotado fuera de la puerta principal, con amenazas y sanciones. En todos los niveles se reiteró que los torneos nacionales no pueden reducirse a eventos paralelos en los calendarios ya llenos. Supongamos que la Champions League, con muchos más partidos en los grupos, será más rica, pero también más invasiva.

oposición

La inmensa mayoría de los clubes y público manifestaron su clara oposición a la Superlega, por lo que mejor no insistir. El fútbol debe encontrar nuevos recursos económicos con la implicación de todos los componentes. El fútbol del futuro necesita descansar sobre bases más amplias y sólidas: la redistribución de los ingresos debe respetar un modelo sostenible a cualquier nivel, no se puede concebir una élite que se ocupe de la obstinada protección de sus intereses exclusivos. Olvidémonos de la Superliga, de una vez por todas.



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