Catastro, la novedad en la reforma que divide a la mayoría


La reforma catastral querida por el Gobierno de Draghi e incluida en la delegación fiscal se salva por un pelo. Pero a un alto precio político: la mayoría se escindió con otro incidente parlamentario, plenamente anunciado: la revisión de los criterios de cartografía catastral mantuvo en jaque a la Comisión de Hacienda de la Cámara durante todo el día y al final por la anulación de un solo voto en la Se evitó la mano de los partidos de centro-derecha. Lo que no gusta a Lega y Forza Italia son los nuevos criterios que se añadirán a los actuales para acercar los ingresos catastrales a los valores de mercado, sacando una nueva fotografía del catastro sin automatismos en la revisión del gravamen.

Nuevos criterios

El artículo 6 de la ley prevé la delegación en el Gobierno para la adopción de normas para modificar el sistema de levantamiento catastral de edificios, previendo que se pongan a disposición de los municipios y de la Agencia Tributaria nuevas herramientas: el objetivo es facilitar la identificación y correcta clasificación de propiedades. La norma indica los principios y criterios rectores que deben utilizarse para la integración de la información presente en el catastro de edificaciones que debe estar disponible desde 1 de enero de 2026. Información que, sin embargo, no será utilizada para la determinación de la base imponible de los impuestos derivados de los registros catastrales ni con fines fiscales.

Los principios y criterios rectores

A la unidad inmobiliaria se le asignará un valor de activo y una anualidad descontada, medida sobre la base de valores de mercado, también a través de mecanismos de ajuste periódico. Para las unidades inmobiliarias reconocidas como de interés histórico o artístico, se introducirán reducciones en el valor medio de los activos ordinarios teniendo en cuenta los costes de mantenimiento y conservación más elevados. Esta información no deberá ser utilizada para la determinación de la base imponible de los impuestos derivados de los resultados catastrales ni, en ningún caso, a efectos fiscales.

A la caza de propiedades fantasma

La verdadera novedad de la reforma es la necesidad de actualizar el archivo con fincas y terrenos no declarados. La Agencia Tributaria, que ha absorbido la antigua agencia del Territorio, junto a los ayuntamientos tendrán herramientas para dar caza a los inmuebles «fantasma» pero también a aquellos que no respetan la coherencia real, el uso previsto o la categoría catastral atribuida.



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