Bélgica sigue siendo creativa a la hora de inventar todo tipo de impuestos, pero a veces ni siquiera se recaudan. Por ejemplo, el gobierno de De Croo proporcionó 100 millones de euros en ingresos procedentes de un impuesto digital en sus cuadros presupuestarios, pero las Amazon, Google, Netflix y Facebook de este mundo nunca recibieron una liquidación fiscal por ello.
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