El ex campeón del mundo dice: “Pensé que harían cola por mí”. Y sin embargo, a sus 33 años nadie lo quiere. Excepto su expareja que le invita a reunirse con él en Polonia
Era el 13 de julio de 2014 en Río de Janeiro, gracias a un gol de Mario Götze en la prórroga contra Argentina, la Alemania de Löw se proclamaba campeona del mundo. Ese día también estuvo en el campo entre los alemanes Cristoph Kramer, titular en lugar del lesionado Sami Khedira. Ese Cristoph Kramer, que tras un violento golpe en la cabeza en un choque con el argentino Ezequiel Garay, tuvo que abandonar el terreno de juego en el minuto 31. El futbolista admitiría más tarde que no recordaba nada de la final y las celebraciones posteriores precisamente por la conmoción cerebral que había sufrido.
sin equipo
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Pues bien, 10 años después del triunfo mundial, y después de una larga carrera con la camiseta del Borussia M’gladbach (288 partidos, 10 goles y 15 asistencias entre 2013 y 2024), hoy Kramer se encuentra sin equipo y sin una pizca de oferta. Esto a pesar de haberse propuesto a numerosos clubes, tanto de la Bundesliga como de categorías inferiores. El propio Cristoph lo admitió en el podcast ‘Copa TS’. “Pensé que una vez que me liberaran, los equipos se alinearían para mí. Pero en cambio descubrí que el mercado para jugadores mayores de 30 años simplemente no existe”, dijo abatido. Las declaraciones del centrocampista de 33 años fueron inmediatamente recogidas por ‘Sky Sport Alemania’, que dedicó un post a la historia con más de 60 mil me gusta y casi 800 comentarios.
la ayuda
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Entre ellos, otro ex campeón del mundo no pasó desapercibido: Lukas Podolski, leyenda del Colonia y exjugador del Bayern Munich, Arsenal, Inter y Galatasaray. El delantero, que juega en Polonia con el Górnik Zabrze desde 2021, comentó etiquetando el perfil de su club y añadiendo un emoji de apretón de manos, invitándolo efectivamente a ir a Polonia a jugar con él. Un hermoso gesto de amistad, una mano tendida a un ex compañero en dificultades. Mientras esperaban escuchar la respuesta de Kramer, en Zabrze, una ciudad de 188 mil habitantes en Silesia, empezaron a creerlo. Porque dos campeones del mundo son mejores que uno.
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